"Las fuentes de sonido eran escasas y casi todas naturales: el hombre, los animales, el agua, el viento y las tormentas. Sólo los carros y carretas con sus golpes sobre alguna calle empedrada escapaban a esta regla. Pero en realidad lo que volvía fino y alerta el oído era su experiencia del silencio"
*José Pedro Barrán, Historia de la sensibilidad en el Uruguay (Banda Oriental, 1989)
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