viernes, 12 de noviembre de 2010

COSECHARÁS TU SIEMBRA

*Plantación de ciruelas Soledad en flor / Foto: Ricardo Antunez

Cuchilla Pereira. 3500 hectáreas en las que se cosechan más de 15 mil toneladas de frutas por año, el 10% de la producción de uvas y el 8% de los frutales de hoja caduca del país.

Para los lugareños es un paisaje cotidiano el que ofrece el camino Pedro Mendoza a la altura de la zona que se conoce como Cuchilla Pereira, 4 kilómetros antes de Las Piedras. Para la mirada citadina sin embargo, el viaje de una hora en ómnibus urbano desde el centro de la ciudad, termina en un paisaje de campos con frutales en flor al costado del camino, digno de una película de Akira Kurosawa.
Cae la tarde y en el Club Agrario América algunos aldeanos toman lentas grapas y ofrecen información sobre algunos fruticultores de la zona.
Travesa es uno de los establecimientos de mayor envergadura de la zona. Fernando es uno de los miembros de la familia que posee 140 hectáreas de viñedos, que producen más de 3 millones de kilos de uva, que se convierten en unos 7 millones de litros de vino anuales. Al volante de su camioneta, con bombachas de campo y buzo polar con su apellido-marca bordado, es un patrón que tiene literalmente la camiseta puesta. Tiene 41 años, ojos de un turquesa tan turquesa que parece mentira y su contextura física delata los más de 20 años que lleva trabajando la tierra, en los que pasó de cosechar con hoz a importar una cosechadora que desgrana la uva igual o mejor que una persona, pero infinitamente más rápido.
Fernando es el responsable de atender todas las tareas del campo, donde maneja un plantel de 15 empleados estables, a los que octubre encuentra haciendo trabajos de fumigación y desbrote. Traversa mete su camioneta entre dos hileras de vid, saca por la ventanilla una mano que parece una herramienta y explica ejemplificando que el desbrote es un trabajo manual en el que se sacan los brotes desviados y con menos fuerza, para aumentar la productividad de los más fuertes y derechos, que se conservan.


*Plantaciones de vid/ Foto: Ricardo Antunez

*Fernando Traversa/ Foto: Ricardo Antunez.

*Desbrote/ Foto: Ricardo Antunez.


CAMPOS DE SOLEDAD

Siguiendo las indicaciones de los chacareros del Club América, más adelante, pasando el repecho, a mano izquierda, está la casa de los Sinigalia. Marcelo tiene 36 años, es el mayor de tres hermanos de una familia de inmigrantes italianos y vasco franceses que se dedicaron a la agricultura. Su padre y su hermano se encargan de la comercialización y la administración de la empresa, él es responsable del campo y Yohana, su hermana de 26, se recibió de enóloga y está cargo de la bodega.
Los Sinigalia son una verdadera empresa familiar, tienen 80 hectáreas plantadas de las cuales 35 son de uva para vino, 5 de uva de mesa, 5 de citrus, 10 de durazno, 5 de ciruela, otro tanto de pera y de manzana y 2 de pelones. “La variedad es lo que nos ha salvado de las grandes crisis, este es un trabajo con muchos riesgos pero tener variedad de cultivos permite minimizar esos riesgos y cuando una cosecha falla, se pierde, o se vende a muy bajo precio; tenemos otra para compensarlo”, explica Marcelo, que no dudó en integrarse a la empresa familiar ni bien terminó el liceo. “En la escuela siempre me fue bien, pero no me gustaba estudiar, así que ni bien terminé me metí a trabajar en el campo”.
Yohana es rubia, blanca y de ojos claros, pero cuando terminó el liceo y manifestó su intención de estudiar medicina, fue una especie de oveja negra de la familia. “Fui muy castigada por elegir otra cosa, o por no elegir lo que tenemos, la empresa familiar. Finalmente medicina no me gustó, decidí estudiar enología, asegurarme una fuente de trabajo y después sí seguir estudiando otras cosas que me gustan. Este año me hice cargo de la bodega, por ahora estamos haciendo sólo vino de mesa y mi próximo objetivo es poder desarrollar vinos más finos”, cuenta Yohana Sinigalia.
A la hora de hablar de las mayores dificultades que implica la fruticultura, además de los riesgos climáticos y las fluctuaciones del mercado, Marcelo identifica el buscar, encontrar y conservar mano de obra, como uno de los mayores desafíos de la actualidad. “Ofrecemos motivaciones por presentismo pero no son efectivas, ya no es como antes que la gente trabajaba en el mismo campo toda la vida, realmente hay menos gente y cuesta mucho que permanezcan, que sean estables”.
Si Fernando Traversa al volante de su camioneta surcó grandes extensiones de vid pertenecientes a una misma firma, el mayor de los Sinigalia se pierde entre laberínticos caminos de ripio, entrando, saliendo y señalando a lo lejos las pertenencias de su familia: aquel cuadro de manzanos es nuestro, aquellos galpones que se ven allá son nuestra bodega.
Cruza la ruta 66 y anuncia que se trata del límite departamental con Canelones. Entra a un campo, bordea unas plantaciones de duraznos, chequea que el camino permita seguir avanzando y detiene el auto cuando asoma un paisaje de una belleza tan bella que parece mentira. Un campo de ciruelos en flor, es decir, muchas hileras de árboles a los que no se le ven las ramas, que están totalmente cubiertas por flores blancas.
Marcelo explica que son ciruelas “Soledad”, una variedad que escasea en el país, pero cuando compró el campo con las plantas, al ver que no daban frutos, se dio cuenta que habían sido mal plantadas. “La ciruela es como la manzana, necesita de otra variedad para polinizarse, entonces se plantan en filas intercaladas, en este caso no fue así, pero finalmente encontré la solución, hicimos injertos de otra variedad en estas plantas y prendieron, así que es muy probable que este año cosechemos estas ciruelas por primera vez, ojalá”.

*Método de estimulación del crecimiento en plantas de manzana /Foto: Ricardo Antunez

*Trabajo de raleo en plantaciones de durazno/Foto: Ricardo Antunez

EFECTO MARIPOSA

Un señorial camino de palmeras añejas se abre paso entre plantaciones de duraznos florecidos, manzanos de apariencia abandonada, teros que despistan. Más atrás, el optimismo de ondulantes praderas verdes contrasta con la desolación de un campo de árboles talados. Ese es el panorama tras los pilares de cemento en los que se lee “Villa Labibe”. “Era el apellido de la esposa de Tufi Acle, el dueño de la vieja sedería Maríz, los antiguos dueños de estas tierras”, explica Mario Giménez (45). “Cuando mi familia compró esto se plantaron 4 hectáreas de manzana, porque teníamos sidrería, pero sucede que para que la manzana sea rentable, hay que cubrir todo el circuito: tener el monte, la mano de obra (un operario cada dos hectáreas como mínimo), las herramientas, una cámara frigorífica, un transporte y un puesto en el mercado, porque para fabricar sidra se usa el descarte, que vale tres pesos el kilo, mientras que en el mercado se pagan diez. El secreto de la manzana es venderla cuando uno quiere, que es cuando mejor se paga. Entre marzo y mayo vale muy poco porque hay mucha, entre junio y agosto compite con el citrus y desde octubre hasta diciembre es cuando más vale”, explica. “Es la única fruta que sobrevive de una cosecha a la otra, por eso es muy importante tener cámaras para conservarla. Lo que se busca es que la manzana respire lo mínimo indispensable, para prolongar su maduración. Si ese equilibrio no se logra el resultado es una manzana arenosa, que es cuando superó su punto de maduración”, agrega Giménez. “Creo que por no tener la totalidad de esa cadena productiva, se terminó vendiendo a 4 pesos lo que costaba 3 producir, se trabajaba, como dicen acá, para que te vean trabajar, entonces me sumé a un plan de la Dirección General de la Granja (DIGEGRA) y reconvertí parte de las plantaciones de manzanos en duraznos”.
Giménez estudió enología en Escuela de vitivinicultura Tomás Berreta, perteneciente a la Universidad del Trabajo. Actualmente su quinta está formada por unas 2000 plantas, una mitad de manzanos y la otra de duraznos, pasó de producir 150 mil kilos de fruta en sus mejores épocas a 30 mil en la cosecha del año pasado, no tiene empleados fijos, sólo zafrales. A diferencia de Traversa y Sinigalia, no practica agricultura tradicional sino un Manejo Integrado de Plagas (MIT), que vendría a ser como un punto intermedio entre la agricultura tradicional y la orgánica. “El MIT es más engorroso, más costoso, y no todavía no hay muchos beneficios a la hora de vender el producto, alrededor de un 10 o 15% de la cosecha se pica, pero lo que está en juego es nada menos que la salud, somos nosotros los que trabajamos de manera directa con los agro tóxicos, y también por los consumidores, que si analizarían lo que comen, en muchos casos se darían cuenta que es realmente una locura. En lugar de usar insecticidas muy tóxicos, usamos trampas de feromonas, que es como una carpita de papel con el piso engomado, con una cápsula que contiene hormonas femeninas a la que los machos se acercan pensando que son hembras y se quedan pegados en el piso. Se cuentan y se sacan las capturas y se hace una gráfica que, cuando llega a su punto medio, indica que es el momento de aplicar el producto, que no es tóxico, por eso hay que ser muy oportuno al aplicarlo, porque solo mata las larvas. Con el tiempo le fuimos agarrando la mano y ahora ya ni es necesario ver las trampas, porque cuando las mariposas comunes, esas amarillitas y naranjas empiezan a revolotear, es señal de que las larvas están.”


CIFRAS

La zona de Cuchilla Pereira y alrededores limita al oeste con el Camino Coronel Raíz, al sur el Anillo Colector Vial Perimetral y el Arroyo Miguelete; la avenida Belloni, el camino de Los Agrónomos y el arroyo Toledo Chico al este; y la ruta 66 (límite con Canelones) y el arroyo Las Piedras al norte.
La superficie cultivada abarca casi 3500 hectáreas, son un total de 354 establecimientos con 817 trabajadores residentes (556 hombres, 261 mujeres).
Las cifras son proporcionadas por el Censo 2000 procesado en el SICA (Sistema de Información de Censo Agropecuario). “Se trata de una radiografía de la zona y aunque seguramente el censo de este año nos dirá con cifras exactas qué ha pasado en estos años, se percibe que algunas explotaciones han desaparecido y que la propiedad se ha concentrado”, informa Eduardo Díaz, director departamental del MGAP en Montevideo.
*La uva es la fruta más cultivada en la zona, son 604 hectáreas, con 73 establecimientos, que producen anualmente 10.800 toneladas; alrededor de un 10% de la producción nacional.
*Los frutales de hoja caduca ocupan el segundo lugar, son 400 hectáreas, con 76 establecimientos que producen 5000 toneladas anualmente, significando un 8% de la producción nacional. Los manzanos encabezan la lista con 53 establecimientos que producen 2735 toneladas. Luego sigue el durazno con 55 establecimientos que producen 900 toneladas, continúa la pera con 37 fincas que producen poco más de 800 toneladas, luego la ciruela con 250 toneladas y el membrillo con una producción de 90 toneladas anuales.


Link a la nota publicada en la diaria:
http://ladiaria.com/articulo/2010/10/cosecharas-tu-siembra/

lunes, 11 de octubre de 2010

NORBERTO CHAVES

Hazte fama y échate a dormir




El experto en Imagen Corporativa Norberto Chaves visitó Montevideo y ofreció una conferencia sobre crítica arquitectónica. Su experiencia como asesor de imagen y marca corporativa incluye hitos como la Ciudad de la Cultura de Galicia o el Museo Nacional- Centro de Arte Reina Sofía.

Es un observador lúcido. Un analista perspicaz. Un profesional de la crítica. Quizás la mejor definición de Norberto Chaves sea la suya: soy un polemista nato.
Cuando le preguntan si inventó su profesión, explica que su trabajo tiene ingredientes de comunicación, de marketing, de diseño, de publicidad. Es asesor de identidad corporativa y declara no conocer colegas con una especialización similar a la suya,
producto de sus “inclinaciones esquizoides”, dice con el humor ácido que lo caracteriza.
Nació en Buenos Aires en 1942, emigró a España en 1977 donde reside hasta hoy.
Fue docente de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Buenos Aires. Es ensayista, conferencista, autor de libros como “El oficio de diseñar”, “La imagen corporativa”, “El diseño invisible” o “La homosexualidad imaginada”.
El pasado lunes 30 de agosto alrededor de las 20 se presentó en el salón de actos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de la República. “En Buenos Aires tengo un camino andado y eso se refleja en una mayor convocatoria de las conferencias”, dijo ante la llamativa escasez de montevideanos presentes, que apenas superaba el medio centenar. Durante más de 90 minutos, expuso su conferencia titulada “Tres niveles de la crítica arquitectónica”.


1º NIVEL

“En 1977 yo recién había llegado a Barcelona y la Fundación Miró celebraba un encuentro para constituir la Asociación Internacional de Críticos de Arquitectura. Bruno Zevi fue nombrado presidente y recuerdo que hubo una frase suya que me inquietó mucho: sueño con la demolición de todos los símbolos del poder. Evidentemente lo decía desde un pensamiento liberal de izquierda, humanista, etc., yo entendía perfectamente la plataforma ideológica desde la cuál él sostenía esta barbaridad, pero a pesar de entenderla y en cierta manera compartirla, no estaba de acuerdo con esa propuesta. La demolición de todos los símbolos de poder significaba prácticamente la destrucción del patrimonio cultural de la humanidad, porque en una gran proporción el patrimonio cultural es obra del poder. En ese evento yo también exponía y sentí que tenía algo para decir: desconocidas las condiciones materiales de existencia (para hablar en términos marxistas) de cualquier producción cultural, la crítica de esa producción no es posible, o es arbitraria, o antojadiza. Con el tiempo seguí trabajando sobre ese tema y en cierta forma aquella ponencia era la forma larval de ésta.”
Sin pelos en la lengua, Chaves aborda el primer nivel de su tipología del discurso crítico denunciando su empobrecimiento, planteando la necesidad de revertir la fama de práctica parasitaria, superflua o culturalmente perniciosa que la crítica se ha ganado, y de recuperar su naturaleza intrínseca a cualquier producción cultural. “El silencio de la crítica legitima el todo vale y favorece la instauración pasiva de una ideología arquitectónica sistemáticamente pautada y su respectivo modus operandi: la búsqueda compulsiva de la atipicidad. Limitada al fundamento de la demanda mediática, la obra aparece como hito autorreferencial. Prosperan de manera aceleradísima corrientes sorprendentes, alejadas del concepto de arquitectura, en el seno de la arquitectura. Aparecen producciones insólitas, sorprendentes, escalofriantes, que dejan absortos y sin discursos a los observadores críticos.”
Chavez introduce así un tema vertebral de su exposición: la arquitectura-espectáculo, definida como instrumento del poder público y privado, como elemento de posicionamiento de marketing institucional y corporativo, con el objetivo de captar flujo de personas y de capitales.
En un primer nivel de abordaje, la crítica teórica intenta desentrañar las condiciones en las que se produce y manifiesta el fenómeno observado, se pregunta por las causas y cualquiera sea la valoración de ese tipo de arquitectura, permite reconocer una lógica interna anclada en la realidad.
Chaves despacha un artículo de su autoría titulado “Dubai y el escándalo”, asegurando que “si alguien se escandaliza frente a un fenómeno como el de Dubai, significa que no ha entendido nada, que sigue viviendo en los años 30 del siglo pasado, no ha comprendido el modo en que evolucionó la sociedad mundial, se quedó en el capitalismo productivo y piensa en términos de mercado de demanda. No está pensando en el capitalismo financiero, en el mercado de la oferta, de la pulsión, de la tentación, no está en este mundo, por eso se escandaliza, no conoce las condiciones de existencia de Dubai, no ha hecho una reflexión del contexto socioeconómico y cultural que rodea y da a luz a estos fenómenos, que se repiten en todo el mundo. Por eso no me escandalizo y lo considero absolutamente lógico, lo que es paupérrimo no es Dubai sino la sociedad que le ha dado sentido, el meollo de la cuestión es el capitalismo financiero, ése es el origen de la tragedia, el arquitecto hace lo que le piden: cuanto más delirante mejor, el delirio es programático, no es un capricho del arquitecto”.
Sin ir más lejos, Chaves cita la extensión de Buenos Aires sobre el río como un tratado de esa lógica. “Todos esos edificios están hechos por grandes estrellas de la arquitectura mundial, todos son espectaculares y cada uno representa un logotipo, para completar el panorama está el puente de (Santiago) Calatrava, como signo de que Buenos Aires forma parte de la red de ciudades del mundo que tienen un puente de Calatrava”.


2º NIVEL

En el segundo nivel de la cascada de razonamientos que propone Chaves, la crítica técnica evalúa si el proyecto se ajusta a los objetivos planeados. El crítico debe medir la calidad de solución de un programa, esté o no de acuerdo con él. Analiza la obra y su grado de ajuste, contrastando las metas con el resultado final. Para ello, el conocimiento de las condiciones de existencia de lo criticado (producto de la crítica anterior) es esencial; por ser el que permite escoger la combinación de parámetros adecuados para la valoración. Es imposible valorar algo cuyo sentido se desconoce. Y es incorrecto valorar una pieza con parámetros ajenos a su naturaleza.
“No puedo criticar el exprimidor de Philippe Starck porque no exprime bien, por la sencilla razón que jamás estuvo en su objetivo que exprima. Esto hay que decirle a los racionalistas, no todo exprimidor tiene por función exprimir, ni toda casa es una máquina de habitar”, ejemplifica.
Norberto Chaves asesoró en dos oportunidades a la directora de la Ciudad de la Cultura de Galicia, construida sobre un proyecto del arquitecto Peter Eisenman. “Fue un invento inicial de Manuel Fraga, del Partido Popular (PP), o del franquismo para decirlo en pocas palabras. Luego vino un gobierno más progresista (entre comillas porque ya no se sabe qué es el progreso) bipartito, que frenó y trató de resignificar la obra, pero con el tiempo se dieron cuenta que la obra había acogido una inercia descomunal y ya no se podía parar. La obra condicionaba el comportamiento de los gobernantes, desmontarla era más caro que terminarla.”
En este contexto resulta imprescindible comprender las razones de existencia de una obra que causa estupor, aún sabiendo el despliegue presupuestal que implica, descomunal y prácticamente obsceno, si se tienen en cuenta las condiciones en las que viven las comunidades gallegas y españolas, agravadas por la crisis económica. “No puedo medir el trabajo de Peter Eisenman en Galicia con una mirada moderna, porque se cae por todos lados, es de una irracionalidad desenfrenada, una estructura arquitectónica desproporcionada para lo que ahí va a ocurrir. Para poder asesorar a los directivos de la Ciudad de la Cultura de Galicia, yo tuve que aceptar la existencia de un programa sensacionalista que construye semejante aparato para llamar la atención del mundo y relanzar así Santiago de Compostela y Galicia.”


3º NIVEL

La crítica ideológica da la bienvenida al tercer nivel, donde Chaves parece sentirse más en su salsa. Ha preparado el terreno. Ha tomado todas las precauciones. Llegó la hora
de tomar posición en función de una determinada plataforma de valores.
“En este nivel, es frecuente encontrar el puro cuestionamiento de los productos y sus autores, con omisión o desconocimiento del origen del encargo y su racionalidad. Una arquitectura culturalmente reprobable no se deslegitima cuestionando la respuesta profesional sino denunciando las condiciones que han creado su demanda social.
Aquí sí puedo arremeter y decir que si las cosas fueran como deberían, ese dinero no iba a para a esa fantochada, ese despropósito social no se hubiera realizado. Personalmente considero todo ese tipo de arquitectura como una prueba muy contundente de la decadencia cultural de occidente, al punto de empezar a no considerarlo como arquitectura. Si existe un género, una institución transhistórica que se repite en todas las comunidades humanas, que es la arquitectura como forma simbólica del hábitat, esto ya no forma parte de eso sino de un sistema de captaciones de masas, son parques temáticos.”
Comprender la verdadera naturaleza del fenómeno es imprescindible para resolver cómo se logran incrustar, en el caso de los museos por ejemplo, acciones o programas objetivamente culturales, que no sean el simple flujo de turistas, venta de ticket y souvenirs.
“Este desdoblamiento en tres es muy útil para poder, en el tercer nivel, tener argumentos objetivos para decir que me cago en la arquitectura-espectáculo, para mi eso no es arquitectura, aunque reconozco que es sistemáticamente indispensable, no adhiero a eso. Es la condición trágica del ser humano, no estamos de acuerdo con las condiciones en las que vivimos y que solo nosotros hemos construido. Por eso toda persona crítica es desgarradoramente contradictoria. En esta sociedad hay solo un tipo de persona que puede ser coherente: son los hijos de puta. Yo considero la incoherencia una virtud. La virtud es la capacidad crítica frente a tu propia condición de esclavo.”

*http://ladiaria.com/articulo/2010/9/hazte-fama-y-echate-a-dormir/

jueves, 26 de agosto de 2010

WAIT






Feel I'm on the verge of some great trail
Where I'm finally in my place
But I'm fumbling still full proof
And it's cluttering my space
Casting shadows on my face

Though I have the strength to move a hill
I can hardly leave my room
So I sit perfectly still
And I'll listen for a tune
While my mind is on the moon

And If I stumble, and if I stall
And if I slip now, and if I should fall
And if I can't be, all that I could be
Will you? Will you wait for me?

Cause everywhere I seem to be
I am only passing through
I dream these days are about the sea
I always wake up feeling blue
Wishing I could dream of you

So if I stumble, and If I fall
And if I slip now, and loose it all
And if I can't be, all that I could be
Will you? Will you wait for me?

And wait for me
And wait for me
And wait for me
Won't you wait for me?



*Wait- Alexi Murdoch



martes, 3 de agosto de 2010

REPÚBLICA MIGUELETE

*Arroyo Miguelete y chimenea de la refinería de ANCAP, vista desde la calle Conciliación./Foto: Ricardo Antúnez


Es el principal curso de agua de la ciudad. En sus márgenes viven más de 300 mil habitantes. Atraviesa el territorio departamental desde su nacimiento en la Cuchilla Pereira hasta su desembocadura en la bahía, a la altura de Capurro. Zonas rurales, asentamientos, cementerios, parques y fábricas son algunas de las contrastantes realidades que atraviesa el Arroyo Miguelete en sus 22 km de extensión.

A medida que avanza General Flores, el centro de la ciudad se desdibuja. A ambos lados de la avenida se abren paso barrios de casas bajas. Cada vez hay menos edificios. Por la avenida Pedro de Mendoza hacia el norte, el cemento empieza a cederle espacio a la tierra. Casas con jardines cuidados, algunas con pequeñas huertas y quintas. Las extensiones dedicadas a la plantación de frutales son cada vez más grandes, igualmente prolijas. Los surcos de tierra carpida, la poda en serie, las ramas desnudas, forman hileras perfectas, de esas que al terminar generan un efecto de movimiento “cuadro a cuadro”. El paisaje se completa con inusuales vistas de la ciudad a lo lejos.
Se trata del área rural que recorre el arroyo y va desde su nacimiento en la Cuchilla Pereira hasta el camino Carlos A. López, atravesando los barrios de Manga, Ferrocarril, Colón y Pueblo Abayubá. “Es una zona de grandes valores paisajísticos, por su topografía, vegetación y vistas sobre la ciudad, especialmente apta para usos turísticos y recreativos”, describe el Plan de Saneamiento de Montevideo. Justo en el límite departamental entre Montevideo y Canelones, el arroyo nace en las inmediaciones del cruce entre Pedro Mendoza y el Camino Uruguay.


*Niños jugando al fútbol al costado del arroyo Miguelete, en la zona de Paso Molino./Foto: Ricardo Antúnez

TIERRA DE NADIE
A medida que el Miguelete se interna en la ciudad el contexto rural le va cediendo espacio a los asentamientos establecidos en sus márgenes, de manera casi ininterrumpida, desde Instrucciones hasta Propios.
Caminando unos 500 metros desde Instrucciones por el bulevar Aparicio Saravia, un puente indica el cruce del curso de agua. Un hombre traslada una carretilla con leña que acaba de juntar en la ribera. La madera servirá de combustible para un fuego que calentará algo para reparar motores, según intenta detallar su confuso discurso, obstaculizado por su evidente desconfianza y por la colilla de un cigarro armado que permanece pegada en su labio inferior durante el breve intercambio.
La sensación de inseguridad y alerta crece inevitablemente. El Miguelete atraviesa el barrio 40 Semanas y desde abajo del puente emerge la primera pipa de pasta base, el primer pastero o latero que, dosis en mano, brinda algunas indicaciones sobre el contexto: “En el arroyo hay de todo, pedazos de autos, caballos muertos, cirujas y pasteros”, dice con ojos que no ven.
A unos 100 metros, un infinito paredón rojo y algunas chimeneas delatan la cercanía del Cementerio del Norte. El arroyo bordea el límite Oeste del camposanto, que además está atravesado por uno de sus principales afluentes, la Cañada Casavalle. Al ingresar por el portón que da a Saravia, la sensación de inseguridad cede y llega casi a las antípodas, a bordo de un simpático camioncito de locomoción interna del cementerio, conducido por Julio Figueredo, capataz general del lugar y funcionario desde hace 33 años.
Figueredo atraviesa el lugar como si se tratase de su barrio, frena el vehículo, activa una palanca que baja y sube la plataforma delantera donde traslada a los cronistas de la diaria y devela con orgullo la información que ha ido obteniendo durante su extensa estadía en el lugar. Al llegar al muro perimetral, vuelve a detener su vehículo, baja la plataforma y dice: “En 1977, cuando yo empecé a trabajar acá, estos terrenos eran mucho más bajos, cuando el arroyo crecía, se desbordaba y el agua entraba arrastrando todo lo que encontraba a su paso, después estas tierras se rellenaron con los escombros de la cárcel de Punta Carretas y se construyó el muro”, detalla.
Figueredo se despide cerca del portón que da hacia José María Silva, asegurando que el puente sobre esa avenida ofrecerá vistas hacia ambos lados del arroyo.
Atrás queda el cementerio, adelante la realidad devastadora. La sensación de inseguridad y alerta se vuelve a instalar. Vuelven las pipas de pasta, los lateros. Las orillas están chorreadas de residuos sólidos, el panorama parece el fin del mundo de una película de ciencia ficción futurista. Sin embargo, el agua del arroyo no está estancada ni turbia, corre y se puede ver el fondo.

*Cementerio del Norte, límite sobre el arroyo Miguelete. Años atrás esta zona se inundaba cuando el arroyo crecía./Foto: Ricardo Antúnez

VOLVER AL PASADO
La siguiente escala marca un cambio significativo. El bulevar Batlle y Ordóñez inaugura un Miguelete que parece menos tierra de nadie y más de todos, con riberas parquizadas, madres que pasean coches con bebés, abuelos que juegan con sus nietos.
Leonel Brites tiene 63 años, vive en el barrio desde que nació, es pintor de letras y mientras se toma un recreo entre su trabajo y la clase de natación de su hijo adolescente, confiesa que uno de los momentos más particulares del arroyo son los días de mucha lluvia, “se pone feróz, ruge” asegura, y se entrega a recordar los años mozos del Miguelete. “Yo aprendí a nadar acá hace 50 años, he visto su evolución en tu este tiempo, ahora nos alegramos porque volvieron las garzas, es una buena señal”.
El escenario es el Parque Lineal que fue inaugurado en 2008 y constituye un verdadero pivote del arroyo. Las obras realizadas por la Intendencia de Montevideo sobre la margen derecha incluyeron el traslado y realojo de las 300 familias que conformaban el asentamiento 25 de Agosto, la construcción de caminería y ciclovías, la plantación de diferentes especies de árboles, la instalación de luminarias, bancos, juegos infantiles y hasta una cancha de bochas propuesta por los vecinos en el Presupuesto Participativo.
Las cinco hectáreas de parque están ubicadas en el tramo central del Miguelete en su trayecto urbano. El Plan de Saneamiento de Montevideo ubica allí la zona de Aires Puros, que “por sus características topográficas presenta una de las mejores vistas a lo largo del recorrido”.

*El Parque Lineal sobre el arroyo Miguelete, visto desde lo alto de una torre del Parque Posadas/Foto: Ricardo Antúnez


AÑOS MOZOS
Mucho más atrás en el tiempo, el gobernador Bruno Mauricio Zabala, acordó la concesión gratuita de tierras, ganado y herramientas a los futuros habitantes de 37 chacras ubicadas sobre la costa del arroyo a la altura del Prado. Sucedió en agosto en 1727 y el Capitán Pedro Millán se encargó de repartir los lotes, especialmente elegidos por la buena labranza y el fácil regadío de sus tierras.
Una operación similar se repitió el 18 de enero de 1730, cuando se entregaron 84 terrenos más. En pocos años la ciudad experimentó las consecuencias de la exitosa estrategia para poblar la zona, que se convirtió en la proveedora de frutas, granos, verduras, legumbres y otros cultivos demandados por la creciente población de la ciudad.
El tramo final del arroyo, que va desde Agraciada hasta su desembocadura en la bahía, fue un paseo obligado de la aristocracia montevideana, muchos tenían allí sus casas de veraneo. Allí aprendían a nadar, tomaban refrescantes baños en verano, paseaban en bote, pescaban, practicaban toda clase de deportes acuáticos y hacían picnic bajo los sauces de sus orillas.
Aún hoy quedan rastros del esplendor vegetal que rodea al Miguelete a la altura del Prado, que nació como un jardín exótico y extravagante, construido por el francés José de Buschental para conquistar a su amada esposa, María da Gloria Sorocaba, nieta del emperador de Brasil.
Cuenta la historia recién tras la muerte de Buschentall en 1870, la princesa imperial conoció su pequeño edén.
Antes de mezclarse con el Río de La Plata, en la margen izquierda del arroyo, más exactamente en la intersección de la Rambla Sudamericana y la calle República Francesa, hacia 1787 se levantó una construcción conocida como Caserío de los Negros, donde miles de esclavos provenientes de Africa y Brasil eran sometidos a la cuarentena.
Hacia 1837, en la misma zona y también sobre la margen izquierda del arroyo, el inmigrante italiano que le dio nombre al barrio de Capurro construyó una quinta y morada familiar bautizada como La Meca, con un amplio frente sobre la bahía.
Hoy, el arroyo abandona la ciudad en medio de un oxidado paisaje industrial. Tras los paredones de una fábrica textil en desuso asoma un depósito de autos abandonados y el aspecto espacial de la refinería de ANCAP corona el final del recorrido.

*Depósito de autos en el predio de una antigua fábrica textil, al costado del arroyo Miguelete/Foto: Ricardo Antúnez

RECUADRO:
En un plano realizado por Domingo Petrarca en 1719 el arroyo se menciona como “Riachuelo de Agua Dulze” y “Río Dulze”, en otro plano de 1724. En 1727 un documento lo nombra por primera vez como “Arroyo de los Migueletes”, como se denominaban en España a los cuerpos de voluntarios improvisados para la guerra. En el caso del curso de agua montevideano, el nombre que conserva hasta hoy hace referencia a uno de los migueletes de la armada española que luchaba contra los portugueses desde sus orillas.


*Puente sobre el arroyo Miguelete, calle Buschental/Foto: Ricardo Antúnez

ESTE EL LINK A LA NOTA PUBLICADA EN LA DIARIA:
http://ladiaria.com/articulo/2010/8/republica-miguelete/

miércoles, 2 de junio de 2010

PAN DEL RÍO

Un día con los pescadores de Montevideo

*Vista de Montevideo desde el espacio exterior de Rincón Costero, el boliche de Luis. Muy recomendable para verano.

En las calles desiertas de una mañana de otoño en el barrio Carrasco reina un silencio aplanador. Sólo se escuchan las hojas secas que pisa una veterana, la escoba de una mucama o la tijera de algún jardinero. Todo está en su lugar. Todo está tan impecable, podado y perfecto; que cuesta encontrar rastros de vida.

Cuando la calle Araucana termina, la rambla depara un cambio de dimensión. Los rústicos puestos de los pescadores esconden un mundo que no se parece en nada al “de arriba”, como le dicen ellos a la ciudad.

A un lado de la pequeña estructura comercial en la que se despacha pescado fresco, el parador “Rincón Costero” surge escaleras abajo. “Esto fue creciendo de a poco, ampliando una pequeña estructura que dejó mi padre, que obtuvo un permiso en 1954 para construir una casilla donde guardaba sus artes de pesca, evitando el traslado diario desde la casa hasta la playa”, recuerda Luis Bingola (72), hijo y nieto de italianos que practicaban la pesca artesanal en Calabria.

Luis se remonta al pasado y asegura que en la actualidad, la pesca artesanal es igual a la que practicaban los indígenas, la única diferencia es que ellos construían sus herramientas con fibras vegetales. A juzgar por su buena memoria, aquello de que el agua de la costa montevideana siempre estaba verde no es cuento. “Antes entraba más agua del océano Atlántico, trayendo camarones y mejillones, mientras que ahora predomina el agua del río de La Plata. Cuando yo era chico, iba a la playa y sobre el lado Oeste siempre había conchillas, que cargaban en camiones para hacer la arenilla de los pisos de las canchas de bochas”.

-¿Te acordás cuando aprendiste a pescar?

-Si, claro, yo tenía 8 años. Me enseñó mi padre, primero a pescar majuga, que es un pescadito chiquito, lo sacábamos con un mediomundo y a la encandilada, usando faroles a carburo para atraer al cardumen.

-¿Cuántos kilos sacás por salida?

Cuando empecé, el promedio eran 700 kilos, le vendíamos a los frigoríficos, a los feriantes. Hoy sacamos un promedio de 30 kilos, que me alcanzan para el puesto y restaurante.

-¿Cómo son los horarios de la pesca?

-Salimos de mañana y volvemos a la tarde, tirando en distintos puntos. De ese modo regresamos con la captura, eso se llama pescar con el arte en la mano. Últimamente practicamos más lo que se conoce como pesca de reposo, se instalan las artes de pesca a última hora de la tarde y al otro día de mañana se recogen.

-¿Cómo hacés para ubicar el mismo punto al día siguiente?

-Uso lo que se llama “vista de tierra”, trazo una línea directa, por ejemplo, con el Hospital de Clínicas y otra con el Hotel Bristol, y en la intersección de amabas, sé que tengo que calar.

-Si viene un temporal ¿el mar te lo cuenta de alguna manera?

-Si, la forma del agua cambia totalmente, toma un color y se encrespa de una forma especial. Es algo que no se puede explicar, como un sexto sentido, una mezcla de de cielo, mar, brisa, aromas, que hacen que lo perciba. Debe ser como lo de los animales, que presienten las catástrofes por tener otra conexión con la tierra, más afinada. Eso viene después de años de vivir en contacto con la naturaleza, conocés el bouquet de la brisa.

-¿Entonces se pueden prever las situaciones críticas?

Todo se puede prever, pero uno se la tiene que jugar. A veces el mar, sobre todo en verano, larga tempestades que son inmediatas. La veo, navego, pero me agarra en el camino. Lo primero que se siente es miedo, primero aprieta, pero tengo que saber encararlo, tener claro mi puerto, de dónde viene el viento, el motor que tengo, acomodar la embarcación y la tripulación, ver quién empalidece primero y apoyarlo. La pauta más grande de los accidentes navieros es cuando se atribula el patrón de a bordo. Cuando mi hermano y mi socio se ahogaron yo traté de preverlo, era un día hermoso como hoy, pero algo en el horizonte no me gustó y les dije que no salieran. No me hicieron caso, se rieron y allá salieron, los dos muertos.

-¿Y eso no amedrentó tu confianza, no te dio miedo?

Para nada y eso que fue violento. Sin embargo nunca perdí coraje, el día que lo pierda se que no puedo salir más. Hace unos días estuve internado para colocarme un marcapasos y lo único que extrañaba era el run run del mar, si entra el crepúsculo y no vi el mar estoy más gris. Es la parte de la naturaleza que más me gusta, el campo es lindo pero es más para meditar, el mar me hace imaginar.

¿Qué imaginás?

Veo navegar a una gaviota y surgen las preguntas ¿A dónde irá? ¿Qué estará pasando ahora en el fondo del mar? Cuando navego estoy con algo muy espiritual mío, con el rrr del motor la imaginación viene sola. Cuando suelo declararme millonario me preguntan por qué sigo pescando, y justamente ese es mi tesoro, los bolsillos vacíos pero un interior que no me lo mueven ni por orden del juez. Voy a ver venir la muerte con la calma de haber vivido estos más de 70 años como quise, se que la voy a saber encarar.



*Rincón costero


LA DAMA COSTERA

Carmen Mernies nació hace 58 años y lleva 35 al lado de Luis. Se conocieron cuando ella fue a venderle diarios viejos para envolver el pescado que se vendía fresco. Le pidió empleo y a los dos días estaba trabajando ahí. “Era el año 1976, una época difícil, las mujeres que bajaban a la costa venían a ejercer la prostitución entre los pescadores. Acá no había nada, era todo descampado, nos cubríamos del viento, del sol y del agua, con sombrillas de playa”, recuerda Carmen, que a los pocos meses se enamoró de Luis.

¿Cómo empezaste a salir a pescar con Luis?

Los pescadores son muy celosos, una mujer sola en un rancho de pescadores es para lío. Así que me dijo que lo tendría que acompañar al agua y acepté, aunque no sabía hacer nada. Me fue enseñando, me dio unas clases en tierra, “si te mareás un buche de agua salada y no mires el río, mirá el cielo”, me decía. Al otro día tempranito nos embarcamos. Y no me mareé.

¿Cómo son las personas eligen vivir de la pesca?

La mayoría de los pescadores son excluidos de la sociedad. El que baja a la costa a trabajar es porque no se adapta trabajando arriba, o porque el entorno familiar no es bueno, o porque es un solitario, la mayoría no terminó la primaria. Son muy pocos los que vienen porque les gusta, además el pescador en el agua se siente el dueño del mundo y en tierra no es nada, es un pescador.

¿Qué es lo mejor y qué lo peor de tener un compañero pescador?

Lo mejor es que vivimos con la naturaleza, en invierno somos dueños de todo, de la playa, del agua, de las rocas. Y lo peor es el machismo, en el ambiente de la pesca la mujer ocupa un lugar de apoyo, no de decisiones. Cuando la charla pone en juego decisiones, las mujeres automáticamente, sin que nadie nos diga nada, nos levantamos y nos retiramos. El hombre hace y deshace y no consulta, no pide opinión pero pide apoyo.


LA HERMANA MENOR

En el predio vecino al de los Bingola, Federico y Juan Ceriani vuelven de pescar. Paola (28), la menor de los hermanos Ceriani, cocina en el pequeño restaurante ubicado contra la playa de La Mulata. Tres cangrejos de gran tamaño que vinieron enganchados en las redes, están apoyados en el espacio exterior del parador, largando baba por la boca y moviendo sus extremidades con los últimos impulsos de vida. Paola los mira y se divierte con una escena que podría desesperar a cualquiera.

Nació en el lugar y asegura que la experiencia de pasar horas rodeados de un montón de agua y sostenidos por un pedacito de madera le cambió el carácter. “Viví situaciones de tanta adrenalina, que automáticamente empecé a valorar más la vida, a hacerme menos problemas. La pesca implica una forma de vida, por eso es difícil integrarse a otros empleos, yo intenté trabajar en un supermercado y cuando me daban una orden me quedaba mirándolos, después de sobrevivir a cosas tan extremas te sentís más fuerte, hay cosas que no tolerás”.

Los más pequeños pasan de túnica rumbo a la escuela. Cada uno de los 9 miembros de la familia se ocupa de sus tareas. En plena jornada laboral el estrés brilla por su ausencia. Abajo no hay silencio. El rumor del agua, la música de la cocina, los perros, los gatos, una oveja, olores, miradas intensas, personalidades parcas. Abajo nada está impecable, no hay orden, ni mucamas ni jardineros. A pesar de no parecerse en nada, el mundo de abajo y el mundo de arriba conviven desde hace más de medio siglo a sólo una rambla distancia.


RECUADRO: COSTA GARDEL

Primavera de 1933. En la punta rocosa de la playa La Mulata, Carlos Gardel canta a capela para un pequeño grupo de amigos que lo acompaña, entre los que se encuentra el misterioso Ricardo Bonapelch, amigo del Zorzal y sospechoso de haber mandado a matar a su suegro, José Ángel Salvo.

La escena ocurrió durante una excursión a Carrasco para conocer unos solares que Gardel quería comprar. Era un barrio casi desierto, apenas existían el Hotel Carrasco y algunos chalets rodeados de infinitos arenales.

El 31 de octubre Carlos Gardel adquirió la propiedad de tres solares con una superficie total de 1800 m2 y frente sobre la calle Pablo Podestá (1421), que casualmente por entonces se llamaba “Uno”.

Cuando El Mudo perdió la vida en 1935, la casa estaba parcialmente construida. Unos años más tarde su madre cedió los derechos de propiedad. Actualmente pertenece al Ministerio de Turismo y Deporte y desde 1995 funciona el primer Centro Nacional de Rehabilitación y Recreación Casa de Gardel.

*La foto de Gardel se puede ver en:

http://www.flickr.com/photos/mulatodelaplaya/2152268914/


*Nota publicada en la diaria del martes 1 de junio de 2010

jueves, 6 de mayo de 2010

THE BIG BIG CITY



*Buenos Aires desde el barco

EN EL CAMINO

La vida en el circo


Este es el link a la nota publicada en la diaria:
http://ladiaria.com/articulo/2010/5/en-el-camino/


*Banda de sonido sugerida: Carta de un león a otro (Chico Novarro)

*Material audiovisual sugerido: Carnivale, la serie de HBO sobre un circo de 1900.
Bellísima.

*Y acá van algunas fotos del circo:























lunes, 5 de abril de 2010

CABO POLONIO

*so nice









*el gato más feliz del mundo

*el perro más feliz del mundo


*árbol de pajaritos






*popeye, el remisero del pueblo

*paseo en familia




















*las fotos se pueden agrandar y bajar clikeando sobre la imagen

martes, 23 de marzo de 2010

GO

El disco solista de Jónsi, compositor y cantante de Sigur Rós

qué linda tapa! ¿me equivoco o este disco podría ser perfectamente el nuevo de Sigur Rós? sea lo que sea, es hermoso. a escucharlo y aceptar sus variadas invitaciones: a bailar, a correr, a saltar, a gritar, a contemplar, a pensar, a dejarse llevar, a viajar...

http://www.youtube.com/watch?v=ePTCbqMqccM&feature=PlayList&p=9935BB660E0017DB&playnext=1&playnext_from=PL&index=28