miércoles, 17 de diciembre de 2008

EL CERVANTES

UN HOTEL DE MIL ESTRELLAS




“…hotel que tiene los pasillos mas crecidos cada vez/Una reunión de roncadores, un congreso soñador/ hotel de camas con gemidos y un amor en ascensor”
Fernando Cabrera, Palacio.

Bajando por Soriano, pasando Convención con rumbo a Andes, casi a mitad de cuadra sobre la vereda izquierda, está el estacionamiento que ocupa la planta baja del edificio donde funcionaba hasta hace unos años el Hotel Cervantes.
Al entrar apenas se perciben unas tímidas molduras en el techo y un retazo de monolítico en el piso. Los demás detalles arquitectónicos originales (boleterías, columnas, molduras, aberturas, artefactos, etc) fueron cubiertos con paredes de yeso como medida de protección. A pesar de este gesto inaugural, poco es el cuidado que parece haber recibido lo que queda del edificio.
En el interior del estacionamiento cuesta creer que ahí hubo un teatro, y es que toda la planta baja fue desmantelada, y el 1º nivel y el techo del teatro fueron cubiertos por un cielorraso con luminaria comercial. La pregunta fue inevitable “¿Entonces el resto del teatro está ahí arriba?”
Al fondo del estacionamiento se abrió una puerta de rejas que daba paso a una escalera. El panorama que iba asomando, escalón tras escalón era realmente grandioso y encantador, nada más y nada menos que el espacio aéreo del viejo teatro, a la altura del palco y con el techo original, una obra de arte en sí misma. Una explosión de mampostería con estética renacentista, trabajos en mármol y bronce, vitrales y vistosos artefactos de iluminación. Todo abandonado ahí.



LOS INCONDICIONALES

“En un hotel de mil estrellas/ y con mil recuerdos de única compañía/el mundo está lleno de fantasmas/durmiendo en la calle/cerca de tu casa.”

Andrés Calamaro, En un hotel de mil estrellas.

Construido en 1927, su mentor fue Leopoldo Tosi, uno de los primeros egresados de la Facultad de Arquitectura, autor de otros edificios como el de la Optica Ferrando en Sarandí 675 (donde actualmente funciona la librería Más Puro Verso), la quinta de Claudio Williman en Pocitos, o el teatro Macció de San José. El Cervantes es un ejemplo de la influencia italiana en la arquitectura nacional, con algunos rasgos específicos de los palacios florentinos. Según el portal de arquitectura http://www.techos.com.uy/, se trata de una clásica estructura tripartita y un basamento de dos niveles, el primero de considerable altura, porque en la planta baja se ubicaba el cine-teatro, que funcionó desde 1928 hasta 1962, con capacidad para casi 900 personas. El edificio tiene 4 pisos simétricos unidos por una faja vertical y central de logias que producen un juego de claros y oscuros. Todo se conserva en Soriano 868, cerrado, vacío y abandonado.
Jorge Luis Borges (hab. 101 y 102), Oliverio Girondo, Adolfo Bioy Casares, Julio Cortázar (hab. 105), Carlos Gardel (hab. 103), Atahualpa Yupanqui (hab. 103), son sólo algunos de los célebres huéspedes que ha tenido el Cervantes, declarado monumento histórico en febrero de 2002.
Lo que en sus orígenes fue el último grito de la modernidad y el confort, con 100 habitaciones con sus respectivos baños, calefacción central, teléfono con conexión directa a Buenos Aires, patio andaluz en el último piso, salón de fiestas y jardín de invierno; cerró sus puertas a fines de 2006 como hotel de dos estrellas, pensionado de alquiler y hotel de alta rotación. Aún así, en el salón de fiestas del 5º piso todavía se respira algo del lujo de antaño, sus pisos de madera, sus puertas de roble y sus ventanales con vidrios biselados, sus columnas, su escenario, todo habla de un pasado esplendoroso y señorial.
Con ese halo cautivó a personalidades como Jorge Luis Borges, que viajaba habitualmente a Montevideo, una de las mejores ciudades del mundo según él, junto a Buenos Aires y Ginebra. El escritor solía decir que había sido gestado en Uruguay porque sus padres pasaron la luna de miel en Tacuarembó. Alojó algunas escenas de sus cuentos en Paso Molino, uno de sus barrios preferidos,
y su personaje “Funes, el memorioso” era oriundo de Fray Bentos. Escribió poemas como “Luna de enfrente” y “Montevideo”, y como no podía ser de otra manera, era un huésped incondicional del Cervantes. En rotarymontevideo.org, Rubén Loza Aguerrebere cita una entrevista de su autoría. “Me he criado en Buenos Aires, en Palermo y en Montevideo en temporadas largas y en los veranos de aquella época, que duraban como tres meses. Así que quiero mucho a Montevideo y a mis amigos orientales, al hotel Cervantes, donde vivía Emilio Oribe y había un cinematógrafo”, contaba Borges.


INSOMNE EN LA 105

A Petrone le gustó el hotel Cervantes por razones que hubieran desagradado a otros. Era un hotel sombrío, tranquilo, casi desierto. Un conocido del momento se lo recomendó cuando cruzaba el río en el Vapor de La Carrera, diciéndole que estaba en la zona céntrica de Montevideo. Petrone aceptó una habitación con baño en el segundo piso, que daba directamente a la sala de recepción. Por el tablero de llaves en la portería supo que había poca gente en el hotel; las llaves estaban unidas a unos pesados discos de bronce con el número de habitación, inocente recurso de la gerencia para impedir que los clientes se las echaran al bolsillo.”
Así abre “La Puerta condenada”, el cuento de Julio Cortázar publicado en Final del Juego (1956) y que, según cuenta la leyenda, el escritor argentino creó inspirándose en una noche de insomnio en el hotel Cervantes de Montevideo, más precisamente en la habitación 105.
Sin tanto idilio como Borges, Cortázar era otro enamorado de Montevideo. En 1954 viajó a esta ciudad en calidad de traductor de una conferencia de la UNESCO, visitó el Cerro, donde luego ubicaría a La Maga, uno de los personajes más entrañables de su brillante novela Rayuela y se alojó en el Cervantes, donde ideó “La Puerta Condenada”. "Yo quería que en el cuento quedara la atmósfera del Hotel Cervantes, porque tipificaba un poco muchas cosas de Montevideo para mí. Había el personaje del gerente, la estatua esa que hay en el hall, una réplica de Venus y el clima general del hotel. No sé quién me recomendó ese hotel, donde en efecto había una piecita chiquita. Entre la cama, una mesa y un gran armario que tapaba una puerta condenada, el espacio que quedaba para moverme era el mínimo", confiesa Cortázar citado por Enrique Vila- Matas en www.elpais.com.
Tan codiciado era el Cervantes, que también estuvo a punto de ser el escenario de un cuento de Adolfo Bioy Casares, otro célebre escritor argentino y huésped del glamoroso hotel. El cuento en cuestión es “Un viaje o el Mago Inmortal” y las similitudes con “La Puerta condenada” de Cortázar han dado que hablar.
“Juraría que al chofer del taxi le ordené: «Al hotel Cervantes». Cuántas veces, por la ventana del baño, que da a los fondos, con pena en el alma habré contemplado, a la madrugada, un árbol solitario, un pino, que se levanta en la manzana del hotel. Miren si lo conoceré; pero el terco del conductor me dejó frente al hotel La Alhambra. Le agradecí el error, porque me agradan los cuartos de La Alhambra, amplios, con ese lujo de otro tiempo; diríase que en
ellos puede ocurrir una aventura mágica”, dice Bioy Casares en uno de los “cuentos gemelos”, según detalló Vlady Kociancich en el diario Clarín del 10 de febrero de 1994.
“Sobre Cortázar le voy a contar que estando él en Francia y yo en Buenos Aires escribimos un cuento idéntico. Empezaba la acción en el vapor de la Carrera —como se llamaba entonces— que salía de Buenos Aires a las 10 de la noche y llegaba a la mañana siguiente a Montevideo. El protagonista iba al hotel Cervantes, que casi nadie conoce. Y así, paso a paso, todo era similar, lo que nos alegró a los dos”, contó Bioy en una entrevista con Daniel Olivera publicada en la revista Noticias en noviembre del 94. Por su parte Cortázar fue más lejos y opinó que en la coincidencia había un mensaje indescifrable, una tercera voluntad. Lo cierto es que basta con leer ambos cuentos para comprobar las coincidencias y alimentar la leyenda.


VIDAS PARALELAS

En sucesivos intentos por recuperar algo del prestigio perdido, el Cervantes
fue escenario de propuestas como la premiada “Cenizas del corazón”, obra de Mariana Percovich sobre Carlos Gardel que obtuvo el Premio de Dramaturgia No Convencional en Espacios No Convencionales del Ministerio de Educación y Cultura en 1999.
En julio de 2001, el salón de fiestas del 5º piso fue inaugurado formalmente como Espacio Cervantes con obras como Los Magníficos de Daniel Hendler y “Biliti” de los Bosquimanos Koryak. En 2003 se montó una propuesta para swingers que consistía en una fiesta con música, servicio de barra y hasta baile de sombras, que ofrecía además la bizarra posibilidad de terminar todo en una habitación del hotel, todo a un costo de $250 por pareja.
Alimentando el misterio, en diciembre de ese año el Gran Oriente de la Francmasonería Mixta Universal celebró su VI Gran Asamblea.
En lo que fue una de sus últimas señales de vida, un emprendimiento para el desarrollo de la danza contemporánea a cargo de Carolina Besuievsky bautizado “La pista”, también tuvo su sede en el quinto piso del Cervantes en 2005.
En agosto de 2006, el hotel pasó de ser propiedad de Lefinco S.A a Muzery S.A, integrada por miembros de nacionalidad argentina. En el entorno de la transacción, el hotel quedó prácticamente desmantelado de mobiliario, artefactos y todo tipo de detalles decorativos, conservándose únicamente la estructura edilicia, bastante deteriorada. Ser parte del Patrimonio Histórico no parece haber protegido al edificio, que no se abre al público el Día del Patrimonio y cuya fachada ha sido pintada hace un año. Según declara Sergio Koundahdjian en representación de los propietarios actuales, el futuro del Cervantes se debate entre ser conservado por los argentinos o vendido a inversores alemanes, ambos con el objetivo de reciclarlo y reabrir sus puertas como hotel o como oficinas de alquiler.


*Gracias a Pablo Meluso.
Publicado en La Diaria, el 16/12/08

jueves, 27 de noviembre de 2008


hubo un tiempo del que huimos
cuándo fue?
algunos escapamos hacia delante
emprendimos la búsqueda desesperada
de lo que vendría después
otros volvieron la mirada
porque lo mejor había pasado
y entre recuerdos
y presagios
ciegos de presente
seguimos escapando


escuché tanto esas canciones que
me adueñé
quise que alguna estuviera hecha
para mí
imaginé tanto esas rutas que
viajé
quise que una luna de esas
fuese nuestra
sentí tanto aquella distancia
que la tomé
quedaba todo tan cerca
que me alejé

miércoles, 26 de noviembre de 2008

LA TORRE DE LOS PANORAMAS



"Vine a verte, aparecida, luz del mirador/ música de las mareas, dame tu canción
*Jorge Drexler- La Aparecida

Banda de sonido de una caminata por la rambla, rumbo a la Ciudad Vieja. El destino final es La Torre de los Panoramas, el altillo de la casa donde el escritor Julio Herrera y Reissig apadrinaba, en los comienzos del Siglo XX, famosas tertulias vanguardistas asociadas a un naciente modernismo literario.
Antes de llegar al Templo Inglés, subiendo por la Plaza España, en el cruce de Ituzaingó y Reconquista sobrevive la antiquísima construcción de aspecto colonial. Según http://www.mec.gub.uy/, no existe documentación que establezca la antigüedad del edificio, aunque sus características arquitectónicas sugieren que data de la segunda mitad del Siglo XIX.
La casa fue declarada Monumento Histórico Nacional pero su estructura, lejos de reflejar el cuidado que merece, muestra evidentes signos de deterioro.
Allí funciona la Academia Nacional de Letras desde 1997 hasta la actualidad
y a pesar de que sus empleados no tienen novedades sobre una futura obra, la misma página del MEC sostiene que “están muy adelantados los trámites para restaurar la sede de la Academia”. El site informa que el proyecto arquitectónico está a cargo de la División Arquitectura del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, y la financiación a cargo del Ministerio de Asuntos Exteriores de España.
La esquina sobrevive junto a otras, todas en forma de proas, curiosamente determinadas por la presencia de Brecha, una diagonal que se abre camino hacia el centro en ese mismo punto del bajo montevideano. Algunos vecinos sostienen que el nombre de la calle hace referencia a la brecha que abrieron los ingleses en ese lugar, ante la frustración del primer intento de invasión. Una vez ahí, acceder a la famosa Torre es tan sencillo como tocar el portero y esperar que la amable secretaria abra, reciba y guíe escaleras arriba.





Subo el alma a la azotea, para que esté libre y pueda jugar, la ropa de la vecina, cuelga y mira para acá
*Fernando Cabrera- La Azotea

Físicamente, la Torre de los Panoramas es una piecita bastante más pequeña y solitaria que lo sugerido por su nombre, pero el tentador ejercicio de volver al pasado puede resultar sorprendente y conmovedor. El mismo lugar en 1900, con el Pampero entrándole sin obstáculos, unas pocas lucecitas desparramadas, casas, estrellas y más allá el faro de Punta Carretas. El resto, horizonte despejado y ese austero retazo del patchwork montevideano donde Julio Herrera y Reissig y sus secuaces - tipos de galera, pañuelo y bastón- se reunían alrededor de la literatura, los inminentes ideales modernistas y el opio.
Superando los límites de la casa, el panorama resultaba igualmente cautivante. En el comienzo del Siglo XX, las callecitas del bajo proveían de excesos y placeres mundanos, tejiendo un laberinto oscuro y salvaje donde las prostitutas, los homosexuales, el juego clandestino, los puñales y todo lo prohibido por la ley era cosa cotidiana. “Los hombres hablaban de ese lugar en voz baja y las mujeres daban vuelta la cara para el otro lado cuando los tranvías recorrían aquellas calles angostas y sucias que olían a toda clase de frituras”, dice el suplemento “Entrevistas de Di Candia” del diario El País.
A partir de 1850, las azoteas y miradores fueron imprimiendo un aspecto particular en la arquitectura urbana de Montevideo. “El comerciante que está interesado en los negocios marítimos tiene su mirador, algo parecido a una torre de observación, donde con su largavista observa el distante horizonte hacia el este, ansioso por la seguridad o el esperado arribo de algún velero”, recuerda Anibal Barrios Pintos en el libro "La Ciudad Vieja (2) - Los Barrios de Montevideo". Si bien la Torre de los Panoramas era una de esas azoteas, cabe destacar una particularidad de su fisonomía: a la vez que ofrecía un inmejorable punto de vista, permanecía casi oculta para quien mirara desde la calle, lo que aseguraba una reserva invalorable para la época.
En 1940, en la casa funcionó un hotel alojamiento, el valor de la habitación era de un peso pero había una pieza “para obreros” a la que se llegaba por una escalera, que valía la mitad y que todo indicaría que se trataba nada menos que de la Torre.
El panorama que ofrece el mirador en la actualidad, en parte se mantiene y en parte, naturalmente, ha cambiado. Hacia el Oeste en lugar del puerto y el Cerro de ven medianeras de edificios, luego la majestuosa estampa del Templo Inglés de espaldas, con su cruz rayando la línea del horizonte. Al Sur el río en su máxima expresión, a veces marrón, otras verdoso o gris azulado. Luego, hacia el Este la Compañía del Gas y casi toda la costa hasta el Faro de Punta Carretas. Al Norte la ciudad.
En materia edilicia, la casa se mantiene en estado casi original, con sus paredes agrietadas, sus crujientes aberturas de madera, sus largos balcones y azoteas con barandas de hierro forjado, los patios con claraboyas y los techos a la porteña (de ladrillos con tirantes); todo continúa allí desde hace más de un siglo.








El uso indebido y el tráfico ilícito de drogas es un lado oscuro de la realidad que queremos y debemos transformar. Este lado oscuro no es nuevo, y tampoco es cosa de pobres y de vagos. Basta tener presente aquella fotografía de Julio Herrera y Reissig, miembro de una familia patricia y uno de los exponentes más destacados de la literatura uruguaya, inyectándose morfina en su Torre de los Panoramas; para constatar lo que acabamos de decir. Y él no fue el primero ni ha sido el único, y lamentablemente no será el último.” Las palabras pertenecen al discurso que el Presidente Tabaré Vázquez pronunció el martes 27 de junio de 2006, en el marco del Día del Compromiso con el Problema Drogas. Vázquez hace referencia a una foto publicada en la revista porteña Caras y Caretas en 1907, en la que el hijo del Dr. Manuel Herrera y Obes y sobrino del ministro y presidente de la República Dr. Julio Herrera y Obes, se está dando una inyección de morfina. Julio sufría una cardiopatía congénita que lo obligaba a usar distintas drogas para apalear los síntomas, por eso hay quienes dicen que la foto no refleja una adicción, sino un típico gesto de dandismo con el objetivo de fomentar su leyenda maldita. Sin embargo, un suplemento del diario español El Mundo, publicado el 3 de febrero de 2002, cita a Rubén Darío recordando el discurso de su admirado amigo y colega uruguayo. "No soy un vicioso. Cuando tengo que escribir algún poema en el que necesito volcar todo mi ser, todo mi espíritu, toda mi alma, fumo opio, bebo éter y me doy inyecciones de morfina. Pero eso lo hago cuando tengo que trabajar. Los paraísos artificiales son para mí un oasis", decía Reissig.
Muchas son las versiones sobre las prácticas sucedidas en el oscuro altillo de
dos metros y medio de lado, entre las que se cuentan la esgrima y el espiritismo. Lo cierto es que La Torre de los Panoramas fue un verdadero caldo de cultivo de la literatura uruguayo de aquellos tiempos, junto al Consistorio del Gay Saber, un cenáculo similar que Horacio Quiroga fundó en un cuarto que alquilaba en la calle 25 de Mayo.
La Torre se fundó a principios de 1903, con sus dos ventanas (una al Oeste y otra al Sur), una mesa, algunas pocas sillas, un bonete turco y dos floretes viejos como único mobiliario. El despojo no era tal en las paredes, con provocadoras frases y declaraciones del dueño de casa, como “Prohibida la entrada a los uruguayos”, “Perded toda esperanza los que entrais” o “No hay manicomio para tanta locura”.
Por la Torre pasaron muchos de los jóvenes escritores de la época, como Florencio Sánchez, Roberto de las Carreras, César Miranda, Raúl Lerena Joanicó, Illa Moreno, Francisco Aratta, Pablo Minelli González entre muchos otros. El producto de lo que allí sucedía fue una escritura revolucionaria, provocadora, un verdadero contra discurso que atrajo muchos enemigos y algunos pocos amigos que supieron entenderlo y valorarlo a tiempo.
En 1936, Pablo Neruda editó en la revista madrileña Caballo Verde un homenaje al escritor uruguayo, considerado un liberador de la lengua, creador de ritmos, verbos y fulgores magnéticos. "Si Rubén Darío es el rey indudable de la marmolería modernista, Julio del Uruguay arde en el fuego subterráneo y submarino, y su locura verbal no tiene parangón en nuestro idioma", dijo Neruda. A sus enemigos, Reissig les contestaba: “En el verso culto, las palabras tienen dos almas: una de armonía y otra ideológica. De su combinación que ondula un ritmo doble, fluye un residuo emocional: vaho extraño del sonido, eco último de la mente, cauda rareiforme y estela fosfórica, peri esprit de la literatura, equis del temperamento y del estado psíquico, que cada cual resuelve a su modo y que muchos ni perciben".





*Publicado en La Diaria el martes 25 de noviembre de 2008.

sábado, 22 de noviembre de 2008

UNO, DOS, TRES... PROBANDO

Primeras pruebas con la cámara y un programita de edición. Fábrica de clips...

http://es.youtube.com/watch?v=feTysd3dwgI

viernes, 14 de noviembre de 2008

PANORAMAS

"Vine a verte, aparecida, luz del mirador/ música de las mareas, dame tu canción..."

Banda de sonido y fotos de la caminata de hoy, rumbo a la Ciudad Vieja, con La Torre de los Panoramas como destino final.
Hace tiempo que leo cosas del lugar, de Reissig, de los modernistas, los dandys, las putas, las puñaladas y los excesos que habitaron esas calles del Bajo hace más de un siglo atrás.
Ya colgaré acá la nota cuando se publique. Mientras, vayan mirando las fotos de esta historia increíble. Imagino a esos tipos de galera, bastón y pañuelo, cambiando las leyes del juego (en materia de literatura pero también de modelos socio-culturales) en ese austero retazo del patchwork montevideano de 1900 y emprendo la caminata.
Toco timbre. Me abren. Subo. Volver al pasado.
Ese mirador en 1900. Con el Pampero entrándole sin obstáculos. La ausencia de luces. El horizonte despejado. Estrellas fugaces y Reissig fumando opio ahí adentro. De sólo imaginarlo se me paran los pelos.
Disfruten del paseo.
Continuará





















jueves, 30 de octubre de 2008



"La gente tiene miedo de sentir que sirve para algo"
Carlos Regazzoni

viernes, 24 de octubre de 2008

POSTALES MONTEVIDEANAS


Soledad-





Se va-




Con vista al mar-





Cotidiano-





Picadito-

sábado, 27 de septiembre de 2008

SIGUR RÓS


SOUNDTRACK DE UN VUELO CÓSMICO





¿Quién no ha deseado alguna vez saber qué dicen las letras de Sigur Rós? Es tanta la emoción que el islandés Jón Þór Birgisson transmite con el hilo de su voz y el exotismo de su estampa, que dan ganas de saber de qué habla. Sin embargo, semejante tarea no siempre llega a buen puerto, empezando porque el bueno de Jonsi inventó un idioma, que apenas él entiende. El dialecto consiste en utilizar la voz como un instrumento musical más y se usó por primera vez en la canción que nombra el primer álbum “Von” (1997), por eso lo bautizaron vonlenska ( von, 'esperanza' íslenska, 'islandés') que se tradujo al inglés como hopelandish. “En Von yo sólo murmuraba variaciones del título de la canción de forma espontánea, lo interesante es que cada persona puede interpretarlo a su manera”, explicó el vocalista. El vonlenska cambia las reglas del juego y son los músicos los que terminan preguntándose qué dirán las letras que los fans cantan a viva voz en sus shows.

Introvertidos, sensibles, genuinos, misteriosos… islandeses. Los Sigur Rós
son autores de un paseo musical inaudito y asombrosamente vivencial, capaz de ir del más mínimo minimalismo a la más apoteósica contundencia, en una sola canción.
Como unos Radiohead más high y menos dry, o unos Coldplay con varias dosis menos de pop, los paisajes musicales de Sigur Rós son tan brumosos como radiantes, una balanza que afortunadamente han ido equilibrando en sus 14 años de vida. Atrás quedaron los extremos de hacer canciones de 12 minutos y una gran densidad sonora. El primer paso en ese rumbo lo dio “Ágætis Byrjun” (Un buen comienzo, 1999) disco con el que alcanzaron el reconocimiento internacional y conquistaron el segundo platino en Islandia, donde uno de cada quince habitantes lo compró.
Indómitos y posiblemente abrumados por el comienzo del éxito, el cuarteto volvió al otro plato de la balanza y en 2002 editó “( )”, tal como se ve, una paréntesis vacío, sin nombre, como ninguno de los 8 tracks que integran el álbum. Con un librillo de hojas en blanco y todas las letras compuestas en vonlenska, el cuarteto volvió a patear el tablero de lo esperable, proponiendo que sea cada escucha el que llene los espacios vacíos con las letras que la música le sugiera. “Es una especie de experiencia humana, el oyente compra el disco incompleto y tiene que acabarlo él mismo, es como una banda sonora para la vida de cada uno”, dijo Jonsi.
Tres años tardó en llegar “Takk” (“Gracias, 2005) un disco más amigable y menos áspero, que retomó el esperanzador camino iniciado por “Agaétis Byrjun”, los tres mejores álbumes de su carrera junto al flamante “Með suð í eyrum við spilum endalaust” (“Con un zumbido en los oídos tocamos eternamente”, 2008). Con canciones de 3 minutos (por 1º vez una en inglés) pero también de 9, como la bellísima “Festival”, una obra magistral y transversal a su carrera.
Despojados hasta lo esencial y más rápido que nunca (como los que corren desnudos en la portada del disco) Sigur Rós regresó con un álbum que los muestra vivitos y coleando, más que nunca quizás.

*ocnos.com Completísimo y recomendable site de la banda en español


HOME SWEET HOME

Al final de una gira que los consagró mundialmente, con el entusiasmo de volver al hogar, Sigur Rós registró “Heima” (“En casa”, 2007), un documental imprescindible para seguir buceando en las profundidades de la banda, develar un poco el misterio y saborear tanta contundencia artística.
Dirigido por el canadiense Dean Deblois (Lilo & Stich), el dvd registra una mítica y exitosa gira a lo largo del fabuloso paisaje islandés, con conciertos gratuitos, en su mayoría al aire libre y transmitidos de boca a boca.
Las canciones se ensamblan con las imágenes de una manera natural y acabada,
como si encontraran en el paisaje su razón de ser. “Tocamos en función de lo que nos rodea, cuando empezamos a escribir y a tocar exageramos la atmósfera del momento, las canciones extrapolan nuestros sentimientos”, dicen en ocnos.com, despejando una fórmula que en Heima parece rozar la perfección.

*heimafilm.com


SIGUR RÓS DIXIT

“Gracias sobre todo a Björk se piensa que en Islandia tenemos un sentido artístico muy desarrollado y es cierto. Al ser un país tan pequeño con un clima tan especial, si no nos refugiásemos en nuestra creatividad nos volveríamos locos.” (Jonsi)

“A menudo sueño que puedo volar, simplemente salto y vuelo. Resulta muy extraño y placentero.” (Jonsi)

“Mientras toco veo muchas cosas, tengo los ojos abiertos pero no las veo con ellos, es como un sueño.” (Georg, también conocido como “colmillo blanco”, por su habilidad para cazar peces con los dientes)

“Como personas puede que no seamos especiales, pero nuestra música sí lo es. La música tiene que ser auténtica, sincera, es algo que escuchas dentro de ti y quieres que suene igual porque así describe lo que sientes.” (Georg)

“Estamos haciendo lo que siempre habíamos querido, pero nunca se nos ocurrirá pensar que somos los mejores, somos todos demasiado normales como para tener ese tipo de pensamientos.” (Jonsi)

“Aquí es imposible creerse nada, siempre hay espacio, no hay cultura de la fama. Björk se pasea por la ciudad y todo el mundo la deja en paz salvo los turistas” (Kjartan)

“Nací así, nunca he podido ver con los dos ojos, pero me gusta, creo que si pudiera ver en estéreo me volvería loco”. (Jonsi)


*Publicado en la revista BLa de septiembre.

miércoles, 20 de agosto de 2008

PEDRO GUERRA




"VIDAS" EN MONTEVIDEO

Qué lindo es un jueves de invierno, envalentonarse, abrigarse y salir con música en los oídos (Dream of the return, Pat Metheny y el inexplicable encanto de los temas que pasan en la radio), la nariz fría y un show como destino.
La fachada de San José y Zelmar Michelini puede pasar desapercibida pero una vez adentro, el Teatro Metro es un lugar de una belleza irrebatible. La vejez se percibe en sus colores, en ese satinado que tienen las cosas cuando se llevan bien con el paso del tiempo. Por momentos parece una vieja casa de muñecas.
En ese contexto Pedro Guerra, tan profundo y conmovedor. Ya había olvidado yo aquellas canciones, con letras tan de uno como “que sepas que no es fácil respirar, el aire en que no estás” y melodías tan cantables como “y cuando todo se acabe y se hagan polvo las hadas, no habré sabido por qué, me he vuelto loco por nada”.
Nunca hubiese imaginado que Guerra fuera admirador de Tom Waits. En uno de los raptos de verborragia que le da entre tema y tema, se confiesa tan devoto Waits que lo cita. “Es muy ingenioso, una vez le preguntaron si le tenía miedo a algo y dijo que sí, que temía caminar por Nueva York y caer por una alcantarilla a un show de una banda de jazz que toca Garota de Ipanema.” Aunque no entiende mucho, la gente se ríe tímidamente y él sigue. “También le preguntaron si hacer canciones era como tener hijos y dijo que no, que hacer canciones era mucho más fácil, y aprovechó para agregar que el oficio del cantautor era similar al del pescador de caña y yo me quedé pensando en eso cuando escribí esta canción”. La gente vuelve a reír, plataforma ideal para los primeros acordes de “El pescador”.
Llamativamente despojado, musicalmente pobre (quizás porque a esta altura ya dan ganas de que venga con banda), interferido por los restos de una gripe y con cierta resistencia a la modernidad, transcurre un show muy conmovedor.
Es lo que tiene Pedro Guerra, no queda bien escucharlo, no se adorna, no está de moda ni es cool. Solito con su guitarra, sin luces, ni banda, ni nada que se le parezca, sigue cantando lo que nos pasa.

*Bonus track 1. El pase que hizo en el 2º bis, de “Otra forma de sentir” (“una especie de candombe”) a El tunguele.

*Bonus track 2. El teloneo de Carmen Pi, que arrancó un poco down pero terminó arriba, con una versión a puro sampler de “Por ejemplo” (Fernando Cabrera) que la gente aplaudió muchísimo, y un tema en francés muy Camille. Atentos.

viernes, 15 de agosto de 2008

ANA LAAN

LOW-TECH LADY





“Let’s not talk about machines/Skin and heat is more my style/…/ I’m a low-tech lady in a high-tech World (No quiero hablar de máquinas/ la piel y el calor son más mi estilo/…/soy una dama low-tech/en un mundo high-tech).” La que canta es Ana Laan en una de sus canciones preferidas de “Chocolates & Roses”, su flamante segundo disco solista.
Las herramientas electrónicas son vitales en sus canciones y hace algunos años atrás, sin internet y sin la posibilidad de grabar en el hogar, una artista independiente como ella no hubiera visto la luz; sin embargo la tecnología no le quita el sueño a Ana Laan. “Le dedico el tiempo estrictamente necesario, soy más de dormir bajo las estrellas en la montaña o pasarme tres días navegando con lo básico, me emociona más un paseo por el bosque que comprarme un GPS”, dice esta acuariana que gusta de las canciones que hablan de sensualidad o de sexo de manera sutil y ocurrente, como Venus As A Boy (Björk) o Baby, It´s Cold Outside (Frank Loesser) . “El sexo está tan banalizado y explícito que nos desconectamos de nuestros cuerpos, en Low-tech Lady quise hablar de mi necesidad de intimidad con humor, pero lo que digo es muy serio: despojémonos de tanta tecnología y seamos humanos un rato”, revela.
Esa mezcla de intimidad y soltura endulza hasta lo ácido y sobrevuela el disco desde la portada, que la muestra en un ambiente cálido y romántico, sentada en un mullido sillón rosa, con una boa de plumas como única prenda, sonriendo.
Si bien la receta musical de Laan sigue teniendo a la canción como su principal ingrediente, con dosis de pop y folk alternativo, cierta atmósfera lounge, un poco de jazz, de bossa, y la superposición de armonías vocales; no son pocas las novedades que su segundo trabajo plantea.
Si “Orégano” (2004) reflejaba cierto enfado ante las exigencias que experimenta el sexo femenino a la hora de ser madres, mujeres, esposas, amas de casa y profesionales; Chocolates & Roses (2007) empieza con la palabra “yes” (sí) y termina con la palabra “happines” (felicidad), “una declaración de intenciones”, dice su autora y agrega: “a este disco pude dedicarle más tiempo, no tenía que preocuparme por cuestiones domésticas o relacionadas a la crianza de mi hijo”.
Otra novedad es que la mayoría de las letras ya no son en español sino en inglés, con un poco de francés y sueco. Algo bastante lógico, tratándose de una española que creció en Suecia, hija de padre español y madre holandesa criada entre Indonesia y EEUU. “Fui a un colegio judío en Estocolmo, estudié en Inglaterra y en España, los idiomas forman parte de mi realidad cotidiana, me resulta natural saltar de uno a otro, no es un acto deliberado, así que en este disco decidí dejarme de complejos y escribir como me saliera”.
La fórmula expande el aire europeo de sus interpretaciones (aún cuando se trata de géneros latinos) y arroja un spanglish espontáneo y perspicaz. “No more tasting my comida/Todo eso se acabó/Find another sufrida/Find yourself otro amor”, en Me echarás de menos, o “Please excuse me if I say/lo que te cuesta entender/por eso me extiendo en inglés:/ I am not your ex/ No, I’m not your ex”, en Ex; son algunos ejemplos.
Si bien la fórmula de producción de Chocolates & Roses fue la misma que en Orégano (Ana Laan y Leo Sidran) cabe destacar el trabajo del músico, sonidista y productor argentino Matías Cella, encargado de dos de las canciones más bellas del disco: Pablo´s Song y Happiness Is A Long Discipline. “Ese rioplatense vale por diez, tengo muchas ganas de seguir trabajando con él”, anuncia.
Desde su “base de operaciones” en San Lorenzo del Escorial, Laan se expresa con alegría sobre la regularidad de sus toques y la posibilidad -después de muchos años- de empezar a vivir de la música que Chocolates & Roses generó. “Ya no tengo la inseguridad del primer disco, la voz no está tan cohibida o preocupada por la perfección, estoy mucho más suelta, sin miedo, jugando e interpretando más, con más humor”, dice la autora de un disco profesional, fresco y de agradable compañía.

*Chocolates & Roses se editó en diciembre de 2007 en EEUU, en marzo de 2008 en España, se espera su edición en Japón, Corea del Sur y en Argentina, para la primavera de este año. Está disponible en i Tunes.

*Publicado en la revista Bla de agosto de 2008.


miércoles, 30 de julio de 2008

EDÚ PITUFO LOMBARDO


EL FUTURO DEL MURGUISTA






Era un niño cuando empezó a salir en la murga del barrio y fue aquel pibe de la sub-20 de Falta y Resto que inspiró a Jaime Roos para escribir Los Futuros Murguistas. Como director musical y escénico le imprimió un sello inconfundible al carnaval y como percusionista acompañó a músicos como Fernando Cabrera, Jorge Drexler y Jaime Roos. Como si todo esto fuera poco, a fines del año pasado sacó su primer disco solista Rocanrol (MMG) por el que obtuvo tres premios Graffiti. Acompañado de una banda estelar, viene de compartir escenario con la argentina Liliana Herrero y el pernambucano Lenine y se prepara para su presentación oficial en Argentina.
Todo indica que Edú Pitufo Lombardo está en un muy buen momento y la enumeración condensada de las bondades que su vida ha experimentado parece impactarlo. “Estoy sorprendido, si bien estuve muy conforme con el resultado del disco, no sabía que iba a ser tan bien recibido, son cosas que no estuvieron planteadas en mi cabeza, no me lo esperaba, al menos no tan pronto. Yo disfruto mucho los procesos y me da un poco de temor cuando las cosas empiezan a tomar un cuerpo un poco más amplio, pero estoy disfrutando mucho de lo que estoy haciendo y estoy feliz con lo que está pasando, después se verá cómo sigue”, dice sentado en una mesa de La Giralda (clásica parada murguera), sin saber que dos días después ganaría los tres Premios Graffiti para los que estaba nominado: Mejor Compositor, Mejor álbum Solista de Música Popular y Tema del año.
El futuro llegó, éste heredero de la tradición echó mano a lo que aprendió en el camino y se paró sobre sus propios pies con Rocanrol, un álbum que retoma desde su nombre el concepto musical desarrollado por Roos (uno de sus maestros) que acerca la murga al rock, al tango, a la milonga, a la canción.
25 años después, el pibe que codiciaba callado la pintura y el disfraz, hoy
ve bien de al lado qué hay detrás del antifaz. En ese camino fue conociendo también a los integrantes de la que hoy es su banda, la “Bien de al lado”, un ecléctico y aplanador dream team que incluye a Martín y Nicolás Ibarburu (en batería y guitarras respectivamente), compañeros de ruta de la banda de Jaime junto a Ney Perazza, en guitarra criolla; Mateo Moreno (ex No Te Va a Gustar) en bajo, Pablo Leites en percusión y la tríada murguera de Pablo Pinocho Routín, Marcel Keoroglián y Pedro Takorián en voces y coros. Una formación tan rockera como murguera que alcanza su máximo despliegue en temas como “Rocanrol”, “Bien de al lado” (compuesta para La Gran Muñeca en el 96) o “Eterno Soñador”; y que también da aire para momentos más íntimos, como “El diablo en los carnavales”, una bellísima baguala de exigente y lograda interpretación y “ABC”, una milonga minimalista casi susurrada. “Me gusta toda la música, el tango, la milonga, el pop, el funk, la baguala, que es un género del norte argentino donde lo armónico y lo melódico pasan por un estado que me interesa, me llama la atención”, cuenta Lombardo y sugiere que la música de una canción viene determinada por el contenido y el carácter de lo que se quiere contar.
Hacía al menos 10 años que Pitufo acumulaba ganas de ponerse a trabajar en un disco propio, pero la permanente participación en propuestas de otros músicos, giras, grabaciones, su docencia y la impostergable participación en el carnaval, postergaron el proyecto. El envión llegó en el verano de 2006, cuando no integró ninguna murga, faltó con aviso y se sentó a componer. Un poco en los ómnibus, otro poco en su casa de El Pinar y durante unas vacaciones en La Paloma, fueron surgiendo sus canciones. “Me fueron pasando cosas y fui buscando un lugar donde plantearlas, exponiéndolas un poco más porque las letras son propias, me interesaba también ver qué pasaba conmigo en lo compositivo, cómo me imaginaba musicalmente un disco, la forma estética que surgiría, cosas que estaban en el debe desde hacía mucho tiempo”, detalla. “Ojalá supiera cómo sigue todo esto”, agrega con una sonrisa que mezcla vértigo y emoción, mientras prepara su presentación oficial en Argentina nada menos que en La Trastienda, un escenario que ha servido de plataforma de lanzamiento a artistas uruguayos como Jorge Drexler, Fernando Cabrera y Martín Buscaglia. “Para este año también estoy preparando un ciclo televisivo en el que voy a tocar con toda la banda y músicos invitados, tengo ganas de hacer una sala más grande hacia finales del año y de seguir componiendo, claro”, dice adelantándose a un futuro que seguramente le depara nuevas bondades.


AVALANCHA DE EXITOS

El recorrido por la extensa trayectoria carnavalera de Edú Lombardo empezó desde muy pequeño, cuando su padre lo llevaba a los tablados del barrio La Comercial. A los 9 años se mudó con su familia a Sayago, donde integró la murga infantil El Firulete, que luego se convertiría en Contrafarsa.
En 1984 ingresó a Falta y Resto donde fue platillero hasta el 87 para pasar directamente a los arreglos y la dirección hasta el 89.
Luego volvió a su primer amor, Contrafarsa con la que ganó el concurso y obtuvo además el premio como Mejor Director y Arreglista en 1994.
Al año siguiente se integró a La Gran Muñeca, que obtuvo también el 1º premio en el 96. En 1998 regresó a Contrafarsa para obtener nuevamente los galardones de Mejor Director y Mejor Murga, premio que volvió a conquistar en 2002 obteniendo además la distinción como Máxima Figura del Carnaval.
Dos años más tarde llegó La Matineé, un valiosísimo proyecto que planteó la formación de una murga en la que se cruzaron los nuevos referentes del carnaval con los viejos murguistas. “Me encaminé en la búsqueda de lo que sucedió en el pasado, intenté volver al sonido que escuché cuando tenía 8 años” explica Lombardo, que junto a su compañero de ruta Marcel Keoroglián encabezó la formación y entrenamiento de la murga, proceso que además fue registrado en un documental dirigido por Sebastián Bednarik.
En 2006 Pitufo se acopló a Pablo Pinocho Routín (otro compañero de ruta) para conformar el elenco Murga Madre, un espectáculo teatral dirigido por Fernando Toja que obtuvo un premio Florencio como Mejor Musical de ese año.
En la temporada 2006 Lombardo no participó en ninguna murga para dedicarse por completo a la creación de su 1º disco solista pero apenas terminó, volvió al tablado dándose nuevamente el gusto de trabajar con murgueros de la vieja guardia. Esta vez se trató de Asaltantes con Patente, una agrupación que salió en 1928, se retiró en 1973 y regresó en 2007 bajo la inmejorable batuta de Pitufo, para obtener una vez más el 1º premio del concurso oficial.


LETRA DE LOS FUTUROS MURGUISTAS

Una sombra junto al medio tanque
Sin un mango en el bolso
Con el buzo en los hombros
Bien peinado p'atrás
Estudiando el ensayo
Apurando las brasas
Codiciando callado
La pintura y el disfráz
Relojeando a las pibas
De una noche de enero
Calibrando las copas
De los del mostrador
El futuro murguista
Garronea un cigarro
Mientras tanto le aclaran
No salís si sos menor

Les hablará de su infancia
Cuando llegue el momento
Sin decirlo en palabras
Sin nombrar al dolor
Bastará con su acento
En la noche estrellada
En la cuerda de primos
Con un pueblo alrededor

De dónde vienen
De dónde salen
Los herederos de
La tradición
Escuchen otra voz
De quién será
La murga vive
Nadie la enseña en ningún lugar
Los botijas se la saben
Y después quieren cantar

Iluminando el pasado
Desafiando al futuro
Denunciando el presente
Con un simple ritual
Los futuros murguistas
Van a ver cada noche
A la murga ensayando
El futuro carnaval

Hay tradiciones
Que están más muertas
Que un faraón
Quien baila el Pericón
Quien pide que le den
La comunión
Hay otras vivas
En las esquinas de la ciudad
Los botijas las aprenden
Aunque los quieran parar


*Editado en el suplemento Cultural del diario El País, el 4 de julio de 2008.

ERIK COUTS

La promesa mejor guardada del Río de La Plata







Al contrario de lo que sugiere su nombre, Erik von James Coates Alvarez es un tipo común y corriente. Escribe canciones desde hace más de 20 años, es uruguayo bisnieto de británicos y por cuestiones exclusivamente artísticas optó por el seudónimo fonético Erik Couts “porque nadie lee Coates y pronuncia Couts”, aclara.
Sus canciones salieron del rígido de su máquina para empezar a llegar a los oídos de la gente hace un año, cuando el ciclo Across the Charco lo presentó como “la promesa mejor guardada del Río de La Plata”. Couts, que no es nuevo en esto, perteneció a la llamada generación de El Sótano, integrada por músicos como Jorge Drexler, Andrés Torrón, Walter Bordoni, Gastón Rodríguez y Gaby Posadas entre otros; que encontraron en esta agrupación una forma de hacerle frente a la decadencia y a la ausencia de infraestructura, inversión y público que vivió el Canto Popular a fines de los 80’s. “En esas vueltas conocí a músicos que para mi generación eran grandes referentes, como Rubén Olivera y Eduardo Darnauchans, que además de sus virtudes como músicos eran tipos íntegros, comprometidos y siempre fueron muy generosos con nosotros”, recuerda el por entonces conocido como Erik Coates, un joven de la pos dictadura, con aires de intelectual, ávido espectador de Cinemateca, que renegaba de los cristianos que lo habían educado y se interesaba por ideologías complejas. “Mi familia se desintegraba, yo conocía el amor, el alcohol y la noche de una Montevideo bastante diferente a la actual y, no es que yo fuera conciente, pero de toda esa mezcla salían mis canciones”.
Los miembros del Taller de Músicos El Sótano eran básicamente solistas, pero las bandas no tardaron en llegar y la primera fue Públicas Virtudes, con Andrés Torrón, Juan Campodónico, Nicolás Correa, Roberto De Bellis y Erik. Más tarde, Couts y Campodónico trabajaron juntos en un nuevo repertorio, convocaron a Pepe Canedo y a Alejandro Moya y formaron Mary Poppins.
La banda de rock-pop tuvo la mala suerte de ser contemporánea a la formación de El Peyote Asesino, que la asesinó. Como es sabido, el proyecto en el que participaban Campodónico y Canedo, junto a L Mental (Fernando Santullo), Carlos Casacuberta y Daniel Benia; fue la patada inicial (junto a Plátano Macho) que popularizó géneros que eran rarezas en el Rio de La Plata, como el rap y el hip-hop. “El Peyote despegó y dos de los integrantes de Mary Poppins ya no pudieron seguir, yo no tenía banda, ni ganas de volver a ser solista, ni dinero para grabar, ni idea de cómo se hacía un disco; así que seguí haciendo canciones, que fue lo único que siempre tuve claro que me gustaba hacer”, recuerda Couts.



El regreso

Lo que sigue es más de una década de laboratorio que se parece mucho a un silencio en el que, si bien las canciones no dejaron de llegar, tampoco dejaron las paredes de la habitación de Erik, que se dedicó a dar clases de música y se desempeño en el área de marketing de una empresa de tv paga. Como un tipo común, pero también como un artista bastante peculiar, escuchaba lo que grababa y antes de imaginarse cantando frente al público o ganando premios, se preocupaba por sacar esas canciones de su pc.
Así empezó, hace dos años, el largo camino del regreso. “Andrés (Torrón) había vuelto de USA, escuchó el material y nos pareció bueno trabajar juntos, (Juan) Campodónico nos apoyó siguiendo el proceso de cerca y guiándonos en cuanto a caminos a seguir. Llevamos parte del repertorio al estudio, donde trabajamos con Julio Berta, grabamos 5 canciones más dos remixes de Omar”, detalla Couts. El resultado es el EP Pampero, editado por Bo Tracks (el sello de Campodónico) pero usado, por ahora, sólo para difusión. En paralelo, subió las canciones a myspace.com/erikcouts y la sorpresa no tardó en llegar. El número de visitas fue aumentando hasta alcanzar en cuestión de meses las 10 mil, y cuando la mexicana Ximena Sariñana grabó una versión de “Sintiendo Rara” en Mediocre (2008, producido por Juan Campodónico y Tweety González) que está primero en el ranking de ventas de su país; las visitas ascendieron a más 15 mil.
El círculo empieza a cerrarse, Couts es autor de canciones como “Pampero”, “Que no te imaginás” o “Ramírez”, dueñas de una musa especial, con aires que van desde el germen de Mateo a la calma contemplativa del Drexler de los comienzos, menos clean y con algunos condimentos pop que suelen sugerir potenciales hits.
Sin embargo, Couts asegura no tener nada que ver con un rock star. Carisma, seguridad, atractivo físico y buen vínculo con el éxito son cosas que no cree tener, pero apuesta a no irse al mazo por no ser un potencial celebrity.
“A mi carrera musical hace tiempo que dejé de darle demasiada importancia, muchas veces
-por temas de ego o falta de lucidez- uno invierte el orden de las cosas y ahora es época de hacer existir estas canciones, mi carrera musical en todo caso, será lo que ocurra y no algo que quiera establecer de antemano. Es bueno sacarse a uno mismo del centro de la cosa”, formula certero y agrega: “Los cantautores locales se han mantenido muy austeros en materia de elementos accesorios a lo meramente musical y con esto no quiero decir que no sea una opción válida, Zitarrosa fue para mi el mayor cantor uruguayo y era la sobriedad en persona, lograba una comunicación con el público absolutamente impresionante. A veces, menos es más”. Marca registrada, si las hay, del cantautor uruguayo y él lo sabe. Sabe que las ventajas de ser un tipo común y corriente van por el lado de la autenticidad e intuye que eso puede ser una virtud.

lunes, 21 de abril de 2008

POESIA

una noche de luna llena y de otoño
cuando los días cambian de color, de luz, de olor y de tiempo
queda inaugurado el rincón poético de angeldelaciudad






es la última tarde eterna
son las últimas horas largas
de los días más cortos
la última madrugada
que me rinde a sus pies
es el último paladar de acero
son los últimos poros dilatados
los últimos labios secos
es el último vino sin tiempo
la última evasión
no habrá más penas
todo será olvido
el último

domingo, 27 de enero de 2008

NIÑAS CANTORAS

CAMILLE
MALABARISTA VOCAL



Origen: París, 1978.
Imperdibles: Sus presentaciones en vivo. De su primer disco, el track 3 “La demeure d’un ciel”, el 5 “Mon petit vieux” y el último, “La oú je suis née”
Del segundo, “Asisse” y el increíble
Pour que l'amour me quitte”.
Curiosidad: su cara se parece a la de un perro siberiano.
Sello propio: estado de trance artístico.



La oscuridad del ambiente apenas se interrumpe por la tenue luz del escenario que muestra tres micrófonos y un hilo tirante que lo traviesa de un lado a otro, a un metro y medio de altura del piso. El sonido de la sala se limita a un tono único que es la nota Si, una especie de Om que se mantiene -como ese hilo- a lo largo del show y del disco que presenta. “Le fil” (El Hilo, 2005) es el segundo trabajo de esta francesita de 29 años (Licenciada en Letras y Ciencias Políticas) llamada Camille Delmais, que bien podría haber sido el capricho de una artista, si no fuese porque lleva vendidas más de 300 mil copias en su país.
El disco es una colección de canciones imprevisibles, irreverentes y cautivantes, que parten de los extraordinarios malabares de su voz y de su cuerpo en general, que cobran un brillo especial en vivo, mediante un experto manejo del live looping. El protagonismo de la exploración vocal de Camille en “Le fil” la hizo merecedora de comparaciones con la Björk de Medulla, pero la parisina reivindicó su independencia artística.
Dueña de un arte inclasificable que la lleva a cantar las más conmovedoras canciones de amor o verdaderas catarsis sonoras en las que rompe vajillas enteras; Camille se enamoró del escenario a los 7 años cuando su padre la llevó a ver un recital de Ray Charles y hoy es merecedora de halagos como “una de las protagonistas de la renovación de la chanson francesa”.
Es posible que recuerdes sus voz cantando “1, 2, 3” en un comercial de Promesse, una fragancia de Cacharel. También formó parte del 1º compilado de Nouvelle Vague (2004) y participó en Ratatouille como la voz francesa de Causette, la cocinera que cantaba “Le festin”, tema incluido en la banda sonora de la película. Si todo eso falla, ahí están sus tres discos, más que recomendables: Le Sac de Files (2002) Le Fil (2005) y Live au Trianon (2006). Y atentos al próximo, que se anuncia para marzo de 2008.



EMILIANA TORRINI
1 EN 300.0000







Origen: Islandia, 1977
Imperdibles: “Until the morning”, de la banda sonora de “Lucía y el sexo”.
“Snow”, “Today has been ok” y “Fisherman’s woman”, que le da nombre a un disco disfrutable de comienzo a fin.
Curiosidad: Su interés y capacidad de diferenciarse de Björk.
Sello propio: voz glacial.



Un lugar remoto al norte del oceáno atlántico, entre Europa y Groenlandia. Una isla rodeada de islas y de agua. Un país en el que los volcanes conviven con los glaciares, el sol alumbra algunas noches de verano y brilla por su ausencia algunos días de invierno. Tan particular como Islandia es la música que ahí se hace y Emiliana Torrini (30) no es la excepción a la regla.
Mitad islandesa, mitad italiana, creció entre los escasos 300 mil habitantes de su país (menos de 3 por km2). A los 7 años se unió a un coro como soprano y a los 15 ingresó a una escuela de ópera. Grabó dos álbumes de covers casi desconocidos en su país y se mudó a Londres donde, tras un año de trabajo debutó en las bateas internacionales con “Love in the time of Science” (1999).
La voz cristalizada de Emiliana flotando en un universo pop, con colchones de teclados y el uso de herramientas electrónicas, arrojó una sonoridad evidentemente cercana a la de su compatriota más famosa y la crítica no tardó en hablar de una nueva Björk.
Antes de volver a grabar, Torrini se tomó su tiempo, en los siguientes 6 años compuso “Slow” el éxito de kylie Minogue en su disco “Body Languaje”, colaboró en la banda de sonido de El Señor de los Anillos- Las dos Torres con “Gollum’s Song”, se fue de gira con Thievery Corporation y entonces sí, editó su segundo disco.
En “Fisherman’s Woman” (2005) se despoja de todo lo que la marcó como aspirante a nueva Björk, obteniendo un resultado tan profesional y único que la coloca indudablemente como par de la pequeña gran islandesa. La guitarra y el piano sostienen un disco intimista, acústico y no por eso menos actual, en el que Emiliana Torrini parece haber encontrado su propia voz.



CAT POWER
MUÑECA BRAVA







Origen: Atlanta (USA), 1972
Imperdibles: la viscerales baladas “Good woman” de “You are free” y “Where is my love” de “The Greatest”. También es prometedor “
Speaking for Trees, un DVD en el que canta durante cien minutos en medio de un claro de un bosque acompañada sólo de una guitarra. Es autora de una de las mejores versiones de la banda de sonido de “I’m not there”, el documental sobre Bob Dylan en el que interpreta "Stuck inside of mobile with the Memphis blues again”.
Curiosidad: el movimiento de sus manos cuando habla y cuando canta. Vive de la música y sufre de pánico escénico.
Sello propio: la sobreviviente fragilidad de su voz.



No fue fácil la vida de Cat Power (34) y hacer música ha sido una especie de cable a tierra, por eso su voz parece quebrarse en la próxima estrofa de canciones en las que promete ser buena, siendo mala.
Chan Marshall es su verdadero nombre, dicen que es bisexual e hizo pública su adicción al alcohol y a las drogas, a la vez que le puso la cara a la nueva campaña de Joyas de Chanel.
Nació en Atlanta, Georgia, al sur de Norteamérica, hija de padres divorciados, dejó el colegio a los 16 y a los 20, escapando de la heroína y de la quietud que todas las cosas parecían tener en el Sur, llegó a Nueva York. Un día un amigo le regaló una guitarra y nunca mas dejó de hacer canciones, así grabó sus dos primeros discos, “Dear Sir” (1995) y Myra Lee (1996), ambos de peculiar oscuridad.
El siguiente fue el recocido “What Would the Community Think” (1996) y luego el elogiadísimo “Moon Pix” (1998), algo así como el registro de las profundidades más profundas de Cat, que volvió a escapar, esta vez desde Nueva York rumbo a una granja en Carolina del Norte. Allí vivió sola en una casa vieja, y una noche sin sonidos ni luces, rodeada de grillos y oscuridad, se enfrentó a sus más íntimos demonios y parió este disco. “Si estás en un mal estado mental, a veces ves cosas que no están ahí y enloquecés, entonces encendí todas las luces y me quedé despierta, no podía dormir y empecé a tocar estas canciones”, confesó Cat.
Luego llegó “The Covers Record” (2000), una colección de versiones de Bob Dylan, The Velvet Underground y The Rolling Stones, entre otros. Tras cinco años sin grabar canciones propias, volvió con “You are free” (2003), un verdadero mojón en su carrera, que señala la búsqueda de cierto bienestar, algo así como su disco más luminoso.
Con el lanzamiento de “The Greatest” (2006), The New York Times publicó una entrevista donde Chan develó sin tapujos sus zonas más oscuras. Confesó que sus problemas de alcoholismo empezaron desde que era muy joven, ¿bromea? con que su madre le daba alcohol en la mamadera y dice que dos semanas antes de la edición del disco, una amiga la llevó a una clínica de rehabilitación, donde estuvo una semana y recibió fuertes dosis de litio.
Desde entonces, no más shows interrumpidos por ataques de pánico, no más llantos en vivo, no más letras olvidadas, no más papelones públicos, no más mañanas de whisky y noches de ansiolíticos, no más Miles Davis las 24 hs.
Todo eso parece haber quedado atrás, “The Greatest” es una obra madura en la que se filtró felizmente el sonido de Memphis, ciudad elegida por Cat para grabar un disco en el que se rodeó de veteranos músicos de soul. Cat está de vuelta, sobria y feliz de lograr 7 tragos en 7 meses, dueña de unas canciones que, por suerte, no dejan de ser un poco tristes.



KEREN ANN
MELANCÓLICA CALMA




Origen: Israel, 1974.
Imperdibles: “I’m not going anywhere”, tema que le da nombre a uno de sus mejores discos, “Que n’ aije” el tema que abre “Nolita” y el corte de difusión del último disco “Lay your head down”, gancho suficiente para seguir buscando y encontrando otras cositas en el resto del álbum.
Curiosidad: un par de lunares encabezan la comisura derecha de su boca.

Sello propio: melancólica calma.


“La melancolía está anclada en mi”, dice Keren Ann (33), que se ha pasado la vida viajando y viviendo en distintos países. Hija de padre judío y madre holandesa, nació en Israel, se crió en los Países Bajos y a los 11 años se mudó a Francia.
Uno de sus primeros aciertos profesionales fue asociarse al aristocrático y glamoroso Benjamín Biolay (esposo de Chiara Mastroiani), que coescribió y produjo sus dos primeros discos, “La Biographie de Luka Philipsen” (2000) y “La disparition” (2002).
Luego la dupla se disolvió, Keren se mudó a Nueva York y grabó uno de sus mejores trabajos, “Not going anywhere” (2003), que cautivó al público anglosajón y significó su presentación internacional por estar grabado íntegramente en inglés. Un disco de canciones amigables donde todas las cosas parecen estar oportunamente presentes y en su medida exacta, aparentemente simple y definitivamente hermoso (hubo una edición especial que incluía el cover de “I was made to love magic”, de Nick Drake).
Los laureles cosechados fueron consolidados por el sucesor “Nolita” (2005), grabado entre París y Nueva York, siguiendo los pasos de su inquieta autora.
La simpleza le da paso a lo heterogéneo, “Nolita” es más sofisticado, con sutiles arreglos de cuerdas y vientos que destacan su voz cada vez más aterciopelada y etérea.
Este año editó un disco que lleva su nombre “Keren Ann” (2007) en el que significativamente esta songwriter parece haber encontrado su identidad. Como compositora, se adueña de canciones que van de la oscuridad de “It’s all a lie” a la
luminosidad de “Lay your head down”, el corte de difusión. Como intérprete consolida un delicado registro que se ubica a mitad de camino entre cantar, hablar y suspirar
.