Nadie es profeta en su tierra
En la vecina orilla se encendieron los radares que apuntan hacia Uruguay en busca de una personalidad musical única. Un grupo de músicos casi desconocidos en la escena local se prepara para sembrar sus canciones en Argentina con el respaldo de prestigiosos sellos independientes.
En el contexto del bloqueo de los puentes terrenales entre Argentina y Uruguay,
nuestra música cruza sin interferencias y hasta la vecina orilla no para.
Al otro lado de río, algunos sellos independientes apuestan a artistas que son prácticamente desconocidos en Montevideo y hasta abren sus espacios exclusivos para editar música de acá, como Los Años Luz que acaba de estrenar su división .uy con el Trío Fattorusso y el cuarteto La Otra, y se prepara para dar a luz en mayo a los humeantes El evangelio según mi jardinero de Martín Buscaglia y Soy sola, de Ana Prada.
Con el mismo plan, Random Records estrenará en las bateas porteñas Vacío, el tercer disco de Daniel Drexler, un experto pionero en eso de cruzar el río.
“Buenos Aires siempre tuvo una gran vocación de vanguardia y es una gran caja de resonancia, por el hecho de tenerla ahí enfrente y compartir tantos patrones culturales siempre me pareció cruzar era un paso lógico a dar”, dice Daniel, que lo hizo por primera vez hace 10 años y el 20 de abril presentará su disco argentino con su banda -íntegramente formada por argentinos- en el Ateneo, un teatro céntrico con capacidad para 600 personas al que muchos artistas argentinos desearían llegar.
¿Qué hay detrás de un fenómeno por el que músicos casi desconocidos por el público uruguayo conquistan plataformas en el exterior? Una moneda que, como todas, tiene dos caras. Cara A: Argentina mira a Uruguay. Cara B: Uruguay mira al mundo.
CARA A
Sin lugar a dudas, el proceso de elección y de asunción del gobierno del Frente Amplio nos mantuvo en el foco de atención de los países vecinos, sin embargo, esto que se traduce en algunos medios porteños como “Uruguay está de moda” según parece, lejos está de serlo. “Buenos Aires es una ciudad muy histérica, quiere saber cuál es la vanguardia de la vanguardia, se maneja mucho por modas y con la música uruguaya la pendiente sigue creciendo, conservamos un lugar más allá de los empujones de la moda” afirma el mayor de los Drexler. Al frente de Los Años Luz, el primer sello argentino con un brazo dedicado exclusivamente a artistas uruguayos, Nani Monner dice que “la idea volaba por el aire hace rato, por el cariño que le tenemos a vuestro país y porque pensamos en plasmar de alguna manera el puente que, natural y culturalmente existe, la música uruguaya completa le panorama del Río de La Plata y a partir de esa idea surgió la de LAL.uy” El romance entre las capitales del Plata lleva años gestándose, Los Shakers, Alfredo Zitarrosa, Rubén Rada y Jaime Roos fueron los antecesores de un cruce que exportaba los productos más tradicionales y masivos del paisito. Es posible que, con el descubrimiento de Jorge Drexler los argentinos se hayan largado a buscar las perlas ocultas de nuestra música “con la presencia de Jorge la entrada de nuestra música en Argentina se vio favorecida, siempre estuvimos presentes, pero más desde el candombe y la murga, esta nueva camada de músicos que está cruzando ahora no es masiva” dice Ana Prada. Que la música de Uruguay está en la lupa –no sólo en Argentina- es un hecho consumado, pero ¿qué encuentran los sellos extranjeros en las canciones de acá?
La creación musical en nuestro país también es una moneda que tiene dos caras,
por un lado la soledad del músico en su creación, la ausencia de grandes oportunidades y un mercado real casi inexistente habilitan, por otro, un vínculo más libre con el arte de componer y es posible que de esas condiciones de producción hayan surgido propuestas tan exclusivas como la de Eduardo Mateo, Fernando Cabrera o el Príncipe, cuyo disco Amor en el Zaguán también saldrá este año por LAL.Uy. Ana Prada dice al respecto que “acá no hay mucha expectativa delante de la composición, hacemos lo que queremos, lo que nos gusta y nos divierte, ése es el toque diferencial de músicos como Cabrera que han marcado no sólo un estilo de música sino de vida, uno siempre compone para los demás, pero no es lo mismo componer para que esos demás sean millones”. Si con esta generación de cantautores sucede algo similar a lo que experimenta el rock uruguayo más masivo en su carrera por la exportación, el buen destino se asoma también para estos productos más sofisticados de nuestra música. “Hay una demencia muy linda con la música, una búsqueda real, existen cosas que no se pueden encasillar en un estilo o género”, dice Martín Buscaglia que, en un plan optimista agrega: “en Argentina no hay cosas que se parezcan a lo que hacemos y me parece que está bueno que exista la posibilidad de que el público investigue más allá de lo popular y masivo”.
CARA B
Que el exterior significa una salida para muchos uruguayos no es ninguna novedad y en el terreno de la música, son cada vez más los artistas que deciden dar a conocer sus canciones más allá de las fronteras. “La canción uruguaya está cada vez mejor posicionada en el mundo de habla hispana y eso nos abre puertas a todos, tenemos la enorme bendición de escribir canciones en el tercer idioma más hablado del mundo y nos estamos dando cuenta” dice Drexler.
Ahora bien, la historia del músico que se va del país siendo un desconocido y regresa del exterior con el merecido reconocimiento, es una figurita repetida y al respecto Daniel Drexler cita a Fernando Cabrera “ya lo dijo brillantemente Fernando, somos un país de identidad adolescente y necesitamos la aprobación de alguien todo el tiempo. En los últimos 3 o 4 años hubo una maduración acelerada, se nota por ejemplo en la cantidad de presencia que tiene nuestra cultura en los medios, cada vez más”.
De todas formas, sería interesante pensar por qué Buscaglia edita sus discos y hace giras en España o Argentina, va a la casa de Arnaldo Antunes en Brasil y pasa un día entero con el gran Titás grabando el tema que abre su flamante disco. Si bien el hecho de ser reconocidos en le exterior es sumamente saludable, también lo sería que pudiesen obtener lo merecido sin irse o morirse en el intento.
“Me encanta salir y viajar, no siento mal enrosque con el reconocimiento acá, yo también elijo hacer este tipo de música, el disco nuevo es mucho menos amable que el Plácido Domingo, pero es lo que me hace feliz hacer y sucede, nadie es profeta en su tierra, no?”, dice Martín y todo parece indicar que en Uruguay hay profetas para rato.
AL OTRO LADO DEL RÍO
Para empezar a saber quiénes son y qué hacen, va una breve reseña de estos músicos uruguayos que comienzan a sembrar sus canciones más allá de las fronteras.
ANA PRADA. Soy sola es su primer álbum solista luego de haber integrado los planteles del Cuarteto Vocal La Otra y Rada para Niños. Producido por Carlos Casacuberta, una encantadora mezcla de campo y ciudad mantienen vivo el espíritu del disco de principio a fin. ¿Canciones urbanas con aire campero? es posible, lo cierto es que las chamarritas, las milongas y los valsecitos criollos conviven pacíficamente con la despojada artillería electrónica de Casacuberta.
Jorge Drexler y Fernando Cabrera son los invitados ilustres de Soy Sola, que se edita en Buenos Aires en mayo y se presenta en Montevideo el 27 de abril en el Bar Tabaré.
MARTÍN BUSCAGLIA. El evangelio según mi jardinero es su tercer disco, lleno de canciones sin bandera, mucho funk y un sinfín de instrumentos hiper- creativos (en algunos casos fabricados por su propio autor), como un una pistola de juguete con potenciómetro, un serrucho o un banjong (construido en base a una paleta de ping pong). Buscaglia compartió la producción calientemente controlada con Nicolás Ibarburu y entre sus invitados cabe destacar la presencia de Arnaldo Antunes y Juana Molina. El disco se edita en España en abril (Love Monk), en mayo en Argentina y a estar atentos, porque en junio se presentará en el Planetario de Montevideo.
En la vecina orilla se encendieron los radares que apuntan hacia Uruguay en busca de una personalidad musical única. Un grupo de músicos casi desconocidos en la escena local se prepara para sembrar sus canciones en Argentina con el respaldo de prestigiosos sellos independientes.
En el contexto del bloqueo de los puentes terrenales entre Argentina y Uruguay,
nuestra música cruza sin interferencias y hasta la vecina orilla no para.
Al otro lado de río, algunos sellos independientes apuestan a artistas que son prácticamente desconocidos en Montevideo y hasta abren sus espacios exclusivos para editar música de acá, como Los Años Luz que acaba de estrenar su división .uy con el Trío Fattorusso y el cuarteto La Otra, y se prepara para dar a luz en mayo a los humeantes El evangelio según mi jardinero de Martín Buscaglia y Soy sola, de Ana Prada.
Con el mismo plan, Random Records estrenará en las bateas porteñas Vacío, el tercer disco de Daniel Drexler, un experto pionero en eso de cruzar el río.
“Buenos Aires siempre tuvo una gran vocación de vanguardia y es una gran caja de resonancia, por el hecho de tenerla ahí enfrente y compartir tantos patrones culturales siempre me pareció cruzar era un paso lógico a dar”, dice Daniel, que lo hizo por primera vez hace 10 años y el 20 de abril presentará su disco argentino con su banda -íntegramente formada por argentinos- en el Ateneo, un teatro céntrico con capacidad para 600 personas al que muchos artistas argentinos desearían llegar.
¿Qué hay detrás de un fenómeno por el que músicos casi desconocidos por el público uruguayo conquistan plataformas en el exterior? Una moneda que, como todas, tiene dos caras. Cara A: Argentina mira a Uruguay. Cara B: Uruguay mira al mundo.
CARA A
Sin lugar a dudas, el proceso de elección y de asunción del gobierno del Frente Amplio nos mantuvo en el foco de atención de los países vecinos, sin embargo, esto que se traduce en algunos medios porteños como “Uruguay está de moda” según parece, lejos está de serlo. “Buenos Aires es una ciudad muy histérica, quiere saber cuál es la vanguardia de la vanguardia, se maneja mucho por modas y con la música uruguaya la pendiente sigue creciendo, conservamos un lugar más allá de los empujones de la moda” afirma el mayor de los Drexler. Al frente de Los Años Luz, el primer sello argentino con un brazo dedicado exclusivamente a artistas uruguayos, Nani Monner dice que “la idea volaba por el aire hace rato, por el cariño que le tenemos a vuestro país y porque pensamos en plasmar de alguna manera el puente que, natural y culturalmente existe, la música uruguaya completa le panorama del Río de La Plata y a partir de esa idea surgió la de LAL.uy” El romance entre las capitales del Plata lleva años gestándose, Los Shakers, Alfredo Zitarrosa, Rubén Rada y Jaime Roos fueron los antecesores de un cruce que exportaba los productos más tradicionales y masivos del paisito. Es posible que, con el descubrimiento de Jorge Drexler los argentinos se hayan largado a buscar las perlas ocultas de nuestra música “con la presencia de Jorge la entrada de nuestra música en Argentina se vio favorecida, siempre estuvimos presentes, pero más desde el candombe y la murga, esta nueva camada de músicos que está cruzando ahora no es masiva” dice Ana Prada. Que la música de Uruguay está en la lupa –no sólo en Argentina- es un hecho consumado, pero ¿qué encuentran los sellos extranjeros en las canciones de acá?
La creación musical en nuestro país también es una moneda que tiene dos caras,
por un lado la soledad del músico en su creación, la ausencia de grandes oportunidades y un mercado real casi inexistente habilitan, por otro, un vínculo más libre con el arte de componer y es posible que de esas condiciones de producción hayan surgido propuestas tan exclusivas como la de Eduardo Mateo, Fernando Cabrera o el Príncipe, cuyo disco Amor en el Zaguán también saldrá este año por LAL.Uy. Ana Prada dice al respecto que “acá no hay mucha expectativa delante de la composición, hacemos lo que queremos, lo que nos gusta y nos divierte, ése es el toque diferencial de músicos como Cabrera que han marcado no sólo un estilo de música sino de vida, uno siempre compone para los demás, pero no es lo mismo componer para que esos demás sean millones”. Si con esta generación de cantautores sucede algo similar a lo que experimenta el rock uruguayo más masivo en su carrera por la exportación, el buen destino se asoma también para estos productos más sofisticados de nuestra música. “Hay una demencia muy linda con la música, una búsqueda real, existen cosas que no se pueden encasillar en un estilo o género”, dice Martín Buscaglia que, en un plan optimista agrega: “en Argentina no hay cosas que se parezcan a lo que hacemos y me parece que está bueno que exista la posibilidad de que el público investigue más allá de lo popular y masivo”.
CARA B
Que el exterior significa una salida para muchos uruguayos no es ninguna novedad y en el terreno de la música, son cada vez más los artistas que deciden dar a conocer sus canciones más allá de las fronteras. “La canción uruguaya está cada vez mejor posicionada en el mundo de habla hispana y eso nos abre puertas a todos, tenemos la enorme bendición de escribir canciones en el tercer idioma más hablado del mundo y nos estamos dando cuenta” dice Drexler.
Ahora bien, la historia del músico que se va del país siendo un desconocido y regresa del exterior con el merecido reconocimiento, es una figurita repetida y al respecto Daniel Drexler cita a Fernando Cabrera “ya lo dijo brillantemente Fernando, somos un país de identidad adolescente y necesitamos la aprobación de alguien todo el tiempo. En los últimos 3 o 4 años hubo una maduración acelerada, se nota por ejemplo en la cantidad de presencia que tiene nuestra cultura en los medios, cada vez más”.
De todas formas, sería interesante pensar por qué Buscaglia edita sus discos y hace giras en España o Argentina, va a la casa de Arnaldo Antunes en Brasil y pasa un día entero con el gran Titás grabando el tema que abre su flamante disco. Si bien el hecho de ser reconocidos en le exterior es sumamente saludable, también lo sería que pudiesen obtener lo merecido sin irse o morirse en el intento.
“Me encanta salir y viajar, no siento mal enrosque con el reconocimiento acá, yo también elijo hacer este tipo de música, el disco nuevo es mucho menos amable que el Plácido Domingo, pero es lo que me hace feliz hacer y sucede, nadie es profeta en su tierra, no?”, dice Martín y todo parece indicar que en Uruguay hay profetas para rato.
AL OTRO LADO DEL RÍO
Para empezar a saber quiénes son y qué hacen, va una breve reseña de estos músicos uruguayos que comienzan a sembrar sus canciones más allá de las fronteras.
ANA PRADA. Soy sola es su primer álbum solista luego de haber integrado los planteles del Cuarteto Vocal La Otra y Rada para Niños. Producido por Carlos Casacuberta, una encantadora mezcla de campo y ciudad mantienen vivo el espíritu del disco de principio a fin. ¿Canciones urbanas con aire campero? es posible, lo cierto es que las chamarritas, las milongas y los valsecitos criollos conviven pacíficamente con la despojada artillería electrónica de Casacuberta.
Jorge Drexler y Fernando Cabrera son los invitados ilustres de Soy Sola, que se edita en Buenos Aires en mayo y se presenta en Montevideo el 27 de abril en el Bar Tabaré.
MARTÍN BUSCAGLIA. El evangelio según mi jardinero es su tercer disco, lleno de canciones sin bandera, mucho funk y un sinfín de instrumentos hiper- creativos (en algunos casos fabricados por su propio autor), como un una pistola de juguete con potenciómetro, un serrucho o un banjong (construido en base a una paleta de ping pong). Buscaglia compartió la producción calientemente controlada con Nicolás Ibarburu y entre sus invitados cabe destacar la presencia de Arnaldo Antunes y Juana Molina. El disco se edita en España en abril (Love Monk), en mayo en Argentina y a estar atentos, porque en junio se presentará en el Planetario de Montevideo.
DANIEL DREXLER. Vacío es el sucesor de La llave en la Puerta y Full Time (Ayuí) y el primero editado en Argentina. Preocupado por los derechos de autor que le debe a Lao Tse como fuente de inspiración, Drexler profundiza en atmósferas íntimas y contemplativas, para arrojar un puñado de canciones que evolucionan con certeza hacia el tentador destino de la simpleza.
El 20 de abril Daniel se presentará con su banda en el Teatro Ateneo de Buenos Aires y para entonces su disco ya estará en las bateas porteñas. Si bien no hay fecha de edición en Uruguay (el disco también se editará en Chile, México y Colombia) el 8 de junio se presenta en la Sala Zitarrosa.
*Publicado en el suplemento Cultural del diario El País de Montevideo, el 12 de Mayo de 2006
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