miércoles, 20 de agosto de 2008
PEDRO GUERRA
"VIDAS" EN MONTEVIDEO
Qué lindo es un jueves de invierno, envalentonarse, abrigarse y salir con música en los oídos (Dream of the return, Pat Metheny y el inexplicable encanto de los temas que pasan en la radio), la nariz fría y un show como destino.
La fachada de San José y Zelmar Michelini puede pasar desapercibida pero una vez adentro, el Teatro Metro es un lugar de una belleza irrebatible. La vejez se percibe en sus colores, en ese satinado que tienen las cosas cuando se llevan bien con el paso del tiempo. Por momentos parece una vieja casa de muñecas.
En ese contexto Pedro Guerra, tan profundo y conmovedor. Ya había olvidado yo aquellas canciones, con letras tan de uno como “que sepas que no es fácil respirar, el aire en que no estás” y melodías tan cantables como “y cuando todo se acabe y se hagan polvo las hadas, no habré sabido por qué, me he vuelto loco por nada”.
Nunca hubiese imaginado que Guerra fuera admirador de Tom Waits. En uno de los raptos de verborragia que le da entre tema y tema, se confiesa tan devoto Waits que lo cita. “Es muy ingenioso, una vez le preguntaron si le tenía miedo a algo y dijo que sí, que temía caminar por Nueva York y caer por una alcantarilla a un show de una banda de jazz que toca Garota de Ipanema.” Aunque no entiende mucho, la gente se ríe tímidamente y él sigue. “También le preguntaron si hacer canciones era como tener hijos y dijo que no, que hacer canciones era mucho más fácil, y aprovechó para agregar que el oficio del cantautor era similar al del pescador de caña y yo me quedé pensando en eso cuando escribí esta canción”. La gente vuelve a reír, plataforma ideal para los primeros acordes de “El pescador”.
Llamativamente despojado, musicalmente pobre (quizás porque a esta altura ya dan ganas de que venga con banda), interferido por los restos de una gripe y con cierta resistencia a la modernidad, transcurre un show muy conmovedor.
Es lo que tiene Pedro Guerra, no queda bien escucharlo, no se adorna, no está de moda ni es cool. Solito con su guitarra, sin luces, ni banda, ni nada que se le parezca, sigue cantando lo que nos pasa.
*Bonus track 1. El pase que hizo en el 2º bis, de “Otra forma de sentir” (“una especie de candombe”) a El tunguele.
*Bonus track 2. El teloneo de Carmen Pi, que arrancó un poco down pero terminó arriba, con una versión a puro sampler de “Por ejemplo” (Fernando Cabrera) que la gente aplaudió muchísimo, y un tema en francés muy Camille. Atentos.
viernes, 15 de agosto de 2008
ANA LAAN
“Let’s not talk about machines/Skin and heat is more my style/…/ I’m a low-tech lady in a high-tech World (No quiero hablar de máquinas/ la piel y el calor son más mi estilo/…/soy una dama low-tech/en un mundo high-tech).” La que canta es Ana Laan en una de sus canciones preferidas de “Chocolates & Roses”, su flamante segundo disco solista.
Las herramientas electrónicas son vitales en sus canciones y hace algunos años atrás, sin internet y sin la posibilidad de grabar en el hogar, una artista independiente como ella no hubiera visto la luz; sin embargo la tecnología no le quita el sueño a Ana Laan. “Le dedico el tiempo estrictamente necesario, soy más de dormir bajo las estrellas en la montaña o pasarme tres días navegando con lo básico, me emociona más un paseo por el bosque que comprarme un GPS”, dice esta acuariana que gusta de las canciones que hablan de sensualidad o de sexo de manera sutil y ocurrente, como Venus As A Boy (Björk) o Baby, It´s Cold Outside (Frank Loesser) . “El sexo está tan banalizado y explícito que nos desconectamos de nuestros cuerpos, en Low-tech Lady quise hablar de mi necesidad de intimidad con humor, pero lo que digo es muy serio: despojémonos de tanta tecnología y seamos humanos un rato”, revela.
Esa mezcla de intimidad y soltura endulza hasta lo ácido y sobrevuela el disco desde la portada, que la muestra en un ambiente cálido y romántico, sentada en un mullido sillón rosa, con una boa de plumas como única prenda, sonriendo.
Si bien la receta musical de Laan sigue teniendo a la canción como su principal ingrediente, con dosis de pop y folk alternativo, cierta atmósfera lounge, un poco de jazz, de bossa, y la superposición de armonías vocales; no son pocas las novedades que su segundo trabajo plantea.
Si “Orégano” (2004) reflejaba cierto enfado ante las exigencias que experimenta el sexo femenino a la hora de ser madres, mujeres, esposas, amas de casa y profesionales; Chocolates & Roses (2007) empieza con la palabra “yes” (sí) y termina con la palabra “happines” (felicidad), “una declaración de intenciones”, dice su autora y agrega: “a este disco pude dedicarle más tiempo, no tenía que preocuparme por cuestiones domésticas o relacionadas a la crianza de mi hijo”.
Otra novedad es que la mayoría de las letras ya no son en español sino en inglés, con un poco de francés y sueco. Algo bastante lógico, tratándose de una española que creció en Suecia, hija de padre español y madre holandesa criada entre Indonesia y EEUU. “Fui a un colegio judío en Estocolmo, estudié en Inglaterra y en España, los idiomas forman parte de mi realidad cotidiana, me resulta natural saltar de uno a otro, no es un acto deliberado, así que en este disco decidí dejarme de complejos y escribir como me saliera”.
La fórmula expande el aire europeo de sus interpretaciones (aún cuando se trata de géneros latinos) y arroja un spanglish espontáneo y perspicaz. “No more tasting my comida/Todo eso se acabó/Find another sufrida/Find yourself otro amor”, en Me echarás de menos, o “Please excuse me if I say/lo que te cuesta entender/por eso me extiendo en inglés:/ I am not your ex/ No, I’m not your ex”, en Ex; son algunos ejemplos.
Si bien la fórmula de producción de Chocolates & Roses fue la misma que en Orégano (Ana Laan y Leo Sidran) cabe destacar el trabajo del músico, sonidista y productor argentino Matías Cella, encargado de dos de las canciones más bellas del disco: Pablo´s Song y Happiness Is A Long Discipline. “Ese rioplatense vale por diez, tengo muchas ganas de seguir trabajando con él”, anuncia.
Desde su “base de operaciones” en San Lorenzo del Escorial, Laan se expresa con alegría sobre la regularidad de sus toques y la posibilidad -después de muchos años- de empezar a vivir de la música que Chocolates & Roses generó. “Ya no tengo la inseguridad del primer disco, la voz no está tan cohibida o preocupada por la perfección, estoy mucho más suelta, sin miedo, jugando e interpretando más, con más humor”, dice la autora de un disco profesional, fresco y de agradable compañía.
*Chocolates & Roses se editó en diciembre de 2007 en EEUU, en marzo de 2008 en España, se espera su edición en Japón, Corea del Sur y en Argentina, para la primavera de este año. Está disponible en i Tunes.
*Publicado en la revista Bla de agosto de 2008.